A pesar de la promesa hecha por el alcalde de Las Piedras, Miguel “Micky” López, de finalmente concluir la construcción del camino que conduce hacia la residencia de doña Eusebia Morales, una anciana de 93 años, ubicada en el tope de una empinada ladera de tierra y rocas en el sector Quebrada Grande, en la carretera PR-948 de ese municipio, la mujer, su hijo y su yerna, aún se encuentran esperando por la ayuda prometida desde abril pasado.

En la residencia, localizada a unos 352 pies de la carretera, vive doña Eusebia junto a su hijo, Raúl Marcano, de 60 años y paciente cardíaco con marcapaso y la esposa de este, Iris Rodríguez, de 61 años y quien sufrió el año pasado un derrame cerebral que apenas le permite caminar.

La familia dice sentirse recluida en su propia casa al no poder subir ni bajar libremente de su residencia por peligro a sufrir una aparatosa caída.

“Nosotros lo único que estamos pidiendo es que termine el trabajo que empezó. Que no lo deje así, a mitad porque nos tiene aquí incomunicados”, expresó don Raúl quien en abril pasado contactó a Primera Hora para denunciar la inacción del municipio.

Según explicó, la empinada jalda tenía escalones de cemento que al menos facilitaban un poco la entrada y salida a la casa, sin embargo, bajo la promesa del municipio de construir un mejor acceso, empleados municipales destruyeron las escaleras y nunca se terminó el trabajo.

Hoy, la familia de ancianos quedó sin camino y sin escaleras.

“Mal que bien teníamos unas escaleras, ahora no tenemos ni escaleras ni el camino. Mi esposa está en silla de ruedas y lleva ya un año que apenas baja a una que otra cita médica pero son tantas que no podemos bajar todo el tiempo porque si se cae por ahí se puede matar”, añadió el hombre quien es nacido y criado en esa parcela de terreno.

Por su parte, doña Eusebia, lamentó que el municipio no haya cumplido con su promesa y le hizo un llamado al alcalde para que finalmente cumpla con su promesa de construir un camino.

“Yo ya no puedo bajar por ahí. Estoy muy vieja y si me caigo me puedo dar una matá. Esto a mí me ha causado una depresión bien grande”, aseguró la nonagenaria.

“Yo lo único que quería era un caminito para poder subir y bajar. Yo no aguanto más mis piernas, me duelen y no puedo caminar por ahí. Yo lo que quiero es que no se olviden de nosotros y que cumplan con lo que prometieron”, añadió la anciana.

Luego de visitar la residencia de la familia, Primera Hora cuestionó al alcalde sobre la situación y este explicó que la falta de fondos era la razón por la cual no se había completado el proyecto.

“El problema es que yo no puedo justificar ante la Oficina del Contralor los 20 mil dólares que cuesta hacer esa entrada en cemento. No puedo sacar ese dinero de los fondos públicos para ayudar a una sola familia. Es lo que le hemos tratado de explicar a ellos”, indicó el primer ejecutivo aunque no precisó si su municipio recibe asignaciones de fondos federales para mejoras a personas de escasos recursos económicos como se reciben en otros municipios.

El primer ejecutivo municipal, no obstante, explicó que esperaba terminar los trabajos de reparación en la comunidad Palestina, cerca de Quebrada Grande, para entonces identificar fondos y completar el trabajo en la residencia de los ancianos.

“Yo hablé con los vecinos que están repavimentando las carreteras de su comunidad en un esfuerzo comunitario con el municipio y ellos accedieron a bregar con la situación que tienen allí. Yo pondría los materiales y ellos la mano de obra. Mi meta es que a finales de mayo podríamos comenzar con ese proyecto”, indicó el abril el alcalde.

Sin embargo, el ejecutivo municipal no estuvo disponible hoy para reaccionar a las denuncias de la familia quienes aseguran que el municipio los ha olvidado completamente y que su situación empeora cada día.