Doña Astrid Roldán era una mujer fuerte, ágil y, aunque padecía de diabetes, era una enfermedad que mantenía controlada gracias a un tratamiento adecuado. Pero a partir del 20 de septiembre de 2017 -día en el que el huracán María devastó a Puerto Rico- todo cambió en su vida. 

El ánimo de la señora de 70 años decayó, cada día se mostraba más frágil y su condición se vio comprometida pues, ante la falta de servicios básicos como la energía eléctrica en su hogar en el residencial Dr. Víctor Berríos, en Yabucoa, se le hacía cuesta arriba mantener la insulina en una temperatura adecuada.

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Darlene Rivera Roldán vio cómo durante tres meses su madre se deterioró. Fue un cambio del cielo a la tierra, según describe.

“Mami estaba dura, como decimos nosotros. Pero después de María cambió mucho. Fue bien complicado para ella. Su estilo de vida era otro: no podía cocinar porque no había luz ni le permitían estufa de gas en el residencial, perdió parte de su independencia, se le hacía difícil buscar los medicamentos o mantenerlos en un lugar seguro, porque no había nevera…”, detalla Darlene agregando que el uso de un generador tampoco era opción en el complejo de vivienda pública.

Ese agotamiento físico y mental culminó en tragedia. “El 6 de diciembre murió. Fue un infarto fulminante. Ocurrió de madrugada (mientras dormía)”, narra aun incrédula Darlene.

“Yo te aseguro que si hubiera tenido luz, mami estuviera viva…”, agrega frustrada al mencionar que todavía en Yabucoa el 60% de la población continúa sin energía.

Darlene está convencida que su mamá está entre las 4,645 muertes ocasionadas por el huracán María, según un estudio dirigido por profesionales de la Universidad de Harvard. La cifra oficial de muertes, según el Gobierno, es de 64.

Los hallazgos científicos indican que la falta de servicios básicos, médicos y hasta el sufrimiento fueron varios de los detonantes para las víctimas mortales de María.

“El Gobierno, probablemente, no la incluyó. Pero la muerte de mami está relacionada al huracán aunque en ninguna boleta o acta de defunción lo diga… eso no se hizo. Los médicos no relacionaron las muertes al huracán. Sólo determinan por qué murió y ya, y te habla la administradora del cementerio municipal de Yabucoa. Yo sé de lo que te hablo. Yo más que nadie puedo decir lo que pasó en mi pueblo y sigue pasando. Aquí se nos sigue muriendo gente por la falta de electricidad”, dijo la mujer.

Destacó que desde septiembre, en Yabucoa -uno de los pueblos con mayor crisis humanitaria a causa de los estragos del ciclón y la limitada acción de recuperación por agencias estatales y federales- se han enterrado 213 personas. Esta cifra duplica el promedio de casos atendidos en el camposanto anualmente.

En Villalba, la situación es similar. El alcalde Luis Javier Hernández -una de las primeras voces en alertar que “la gente estaba muriendo ante la falta de servicios básicos- asegura que en este pueblo del suroeste las cifras de ciudadanos fallecidos también se duplicaron.

“Tengo casos de personas que murieron porque no recibieron diálisis y no los incluyeron en las cifras oficiales. Tengo un joven que se suicidó del desespero, y tampoco está. Tenemos la muerte de ancianos encamados que estaban estables con los cuidados adecuados y murieron… y esos tampoco los contaron”, recriminó.

“Desde el principio fui claro y no entiendo por qué el Gobierno tenía que esconder una situación tan importante a la que hay que hacer frente para tomar acción futura”, agregó.

La alcaldesa de San Juan,  Carmen Yulín Cruz, quien ha insistido en el asunto de las muertes, también reaccionó al estudio de Harvard.

“Estas muertes y la negligencia que contribuyeron a ellas no pueden ser olvidadas. Esto fue y sigue siendo una violación de derechos humanos”, escribió en su cuenta de Twitter.

Mientras, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump,  supuestamente, cambió su opinión sobre las muertes causadas por el huracán, según expresó a preguntas de un periodista la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.

“Ciertamente (Trump cambió de opinión). Nosotros continuamos apoyando al gobernador de Puerto Rico y la transparencia y responsabilidad. El pueblo de Puerto Rico merece esa transparencia y responsabilidad, y continuaremos enfocados en ayudar en todo lo que sea posible”, respondió la secretaria.

Trump había expresado, tras una visita fugaz a la Isla, que el huracán “no fue una verdadera catástrofe” y comparó el escenario con el huracán Katrina (Lousiana, 2005).

Marcan diferencia

En febrero pasado, el gobierno de Puerto Rico encomendó a la Universidad George Washington hacer un informe para conocer la cantidad de vidas arrebatadas relacionadas al paso del huracán María. Ayer, al saberse los resultados ofrecidos en el análisis de Harvard, la institución de DC marcó diferencias entre la metodología utilizada por ambas.

“El estudio se basa en estimaciones de encuestas de hogares y no en registros reales de defunciones. De esa manera, el estudio de Harvard es fundamentalmente diferente del estudio SPH del Milken Institute encargado por el Gobierno de Puerto Rico”, se informó por escrito.

“El estudio epidemiológico realizado por investigadores de Milken Institute SPH utilizará datos reales sobre muertes, certificados de defunción y otros datos de mortalidad desde septiembre de 2017 hasta finales de febrero de 2018, para calcular el exceso de muertes relacionadas con el huracán María”, añadió la Universidad de George Washington en su misiva.