Naguabo.- Damaris Cantero Mangual no podía creer que el vídeo que le enseñaba su hermano correspondía a su residencia, inundada varios pies de altura por el sargazo. Parecía una escena sacada de una película de terror y, aunque su propiedad se ubica a pasos del mar, ella no lo creía.

“Fue ella quien se dio cuenta”, contó Cantero Mangual al lado de su hija menor y quien primero ver el pietaje tomado en el sector La Ola, muy ceca del malecón de este pueblo.

Cantero Mangual contó que pasó el huracán en la residencia de una hermana. 

“Si me llego a quedar aquí me ahogo. Vine a llegar aquí a los dos días”, dijo la mujer, ama de casa y madre de cinco. Algunos de sus hijos están distribuidos entre familiares.

Por lo pronto, la mujer se quedará viviendo con sus padres, aunque anticipa que la estadía será corta. Según dijo, su padre es discapacitado y “está de mal humor”.

Israel Benítez, dueño con su esposa del negocio Pirate Bar Naguabo, enfrenta retos igual de difíciles, pero muestra un poco de más esperanza. Su local ubicado en el malecón, el que corría hace dos años con su pareja, se inundó hasta cinco pies de altura cuando el mar embravecido prácticamente lo arropó, dejando a su paso cientos de libras de algas.

“Lo destruyó todo. En todos los negocios lo destruyó por dentro, levantó equipo, dañó equipo, daño la compra. Hay muchos comerciantes que no van a volver a operar debido a la situación. Otros contamos con seguros, pero quién saber para cuándo. Estamos limpiando para ver cómo nos levantamos”, dijo mientras intentaba limpiar el local.

Por lo pronto, vislumbra con su esposa, quien lo ayudaba en la limpieza de hoy, intentar vender comida en las gasolineras del pueblo. “Ahora están abarrotadas”, dijo como quien reconoce haber identificado una oportunidad de negocio.

Por ahora, sin embargo, reconoce que el panorama es incierto. 

“La incertidumbre se apodera de nosotros, pero estamos positivos. Simplemente (tenemos que) levantarnos, trabajar día a día como podamos a ver cómo se hace y buscar maneras alternas de generar ingresos.

Según datos del Municipio de Naguabo, ocho de 34 negocios del malecón son pérdida total.

La Cruz Roja Americana llegó hoy a Naguabo y su segunda parada fue en el barrio Santiago y Lima, donde varias residencias fueron devastadas. Otras perdieron sus techos. 

Noela Banrey, de 72 años, acaba de terminar la fila para recoger agua y comida enlatada cuando habló con Primera Hora. 

“Aquí, sinceramente, lo más importante para mí es el agua. Tengo pensión, soy maestra retirada, pero el agua se ha hecho imposible”, dijo la mujer. “Esto va a ser catastrófico, no había visto una cosa igual. Viví (los huracanes) Hugo y Georges, pero esto ha sido catastrófico. Miro y me da una tristeza…”.