Además de las ya conocidas fallas geológicas que bordean Puerto Rico, causantes de la mayoría de los temblores de tierra que se registran en la Isla, existe una extensa y activa franja que recorre gran parte de la zona Sur, central y Oeste del País que no está registrada en los mapas de amenaza sísmica de la Isla.

La Red Sísmica de Puerto Rico, responsable de monitorear e informar sobre los movimientos telúricos en Puerto Rico y gran parte del Caribe, viene observando actividad constante en esa zona. Sin embargo, debido a la falta de recursos económicos para su investigación y documentación, no ha podido ser certificada por las autoridades federales e incluida en los documentos oficiales del Servicio Geológico de Estados Unidos sobre peligrosidad sísmica. 

“La falla no es nueva. Es lo que se conoce como la gran falla del sur de Puerto Rico. Es una línea imaginaria que empieza por Salinas, pasa por el norte de Ponce y se extiende hasta Rincón. Pero no aparece en los mapas”, confirmó Víctor Huérfano, director interino de la Red Sísmica, organismo adscrito al Departamento de Geología del Recinto de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Según Huérfano, el mapa de amenaza sísmica en Puerto Rico data del 2002 y no incluye algunas de las fallas que se han descubierto sobre tierra, debido a que el proceso para certificarse es muy riguroso y su agencia no cuenta con los recursos económicos para dedicarle un personal exclusivo a la investigación y documentación de esas zonas.

“Para uno poder incluir una falla dentro de ese mapa hay que pasar por un proceso muy estricto. No es suficiente con decir que hay una falla por aquí. Hay que documentar dónde está la falla, cuál es el potencial de esa falla. Dónde empieza, donde termina, cuál es el movimiento que tiene y muchas cosas más”, argumentó Huérfano.

“Sabemos que la falla está ahí porque tiembla todos los días, pero hay que dedicarle muchos recursos y muchos esfuerzos para desarrollar una investigación bien estricta para poder determinar esos números que son necesarios y que los incluyan en los códigos de construcción. Para eso, hacen falta más investigadores y en la Red Sísmica no tenemos los recursos. Con lo que tenemos, podemos monitorear y diseminar la información, pero para dedicarnos a la investigación, nos haría falta un equipo dedicado a eso”, enfatizó.

De igual forma, Huérfano indicó que esa falla no es la única que transcurre por la zona terrestre de la Isla. 

“En el Valle de Lajas ya hay una falla debidamente marcada y caracterizada. Pero también hay una gran falla en el norte que arranca por Utuado, sigue por el sur del Área Metropolitana y termina en el sur de la Isla de Culebra”, detalló.

“También está esa área que se conoce como las Serpentinitas, en Cabo Rojo. El hecho de tener una montaña ahí es una evidencia de que hay una actividad sísmica. También por Añasco, donde se encuentra Cerro Gordo. Aunque ahí vino una Comisión de Servicios Geológicos junto con la Universidad de Puerto Rico, hicieron estudios de campo y no se encontró evidencia, lo cierto es que hay actividad y hay temblores. Por eso lo estamos monitoreando todos los días”, resumió.

Huérfano adelantó que su agencia ya está trabajando con autoridades federales y profesores del Departamento de Ingeniería Civil del RUM para comenzar a trabajar en un plan que les permita adquirir fondos para iniciar las investigaciones necesarias.

La información que provea será vital para, por ejemplo, establecer los códigos de construcción en esas áreas. 

“Al tener una falla cerca, hay que construir con ciertas precauciones y si uno no sabe cuál es exactamente el potencial de esa falla, los ingenieros que construyen no van a tener el insumo necesario para poder hacer esa construcción tal que aguante la vibración del terremoto”, sentenció.

CONMEMORAN EL TERREMOTO DE MAYAGÜEZ

Las expresiones de Huérfano se dieron en el contexto de la actividad para recordar las víctimas del terremoto de San Fermín, que se registró el 11 de octubre de 1918, y que perjudicó grandemente la región noroeste de Puerto Rico, principalmente Aguadilla y Mayagüez. 

El movimiento telúrico de 7.3 en la escala Richter tuvo su epicentro en el Canal de la Mona, cobró la vida de 116 personas, destruyó sobre 700 residencias y provocó pérdidas estimadas en ese momento de $4 millones. 

Además, la ola que provocó el maremoto que se registró minutos después afectó la costa de Aguadilla. 

El gobierno municipal de  Mayagüez celebró el pasado jueves una actividad de conmemoración, en la que se hizo un llamado a todos los sectores a prepararse en caso de un evento similar. 

Además, develaron una tarja en recordación a las víctimas del evento y sonaron las alarmas y campanas de las iglesias del pueblo justo a las 10:14 a.m., hora en que se registró el terremoto 100 años atrás.

“Como lección aprendida, tenemos que estar preparados. Sabemos que el último evento ocurrió hace 100 años, pero no sabemos cuándo podrá ocurrir el próximo. Puede ser tan cerca como esta noche o de aquí a cien años más”, sentenció Huérfano.