Los comerciantes de Río Piedras, desde hace mes y  medio, han visto a sus clientes esfumarse  sencillamente porque estos ya  no tiene manera de llegar a la llamada Ciudad Universitaria, ya que solían hacerlo en la AMA.

“Lo menos que pueden hacer es reabrir ese  terminal. La clientela se está quedando en la casa, porque la mayoría estaba acostumbrada a venir en guagua”, dijo Ibrahim Becker, de Becker’s Bakery en la calle Arzuaga, quien en las últimas semanas ha visto mermar sus ventas en un 50 por ciento.

En tiempos mejores, el comerciante palestino tenía 13 empleados. Ahora opera con tres.

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La situación es tan desesperante que el comerciante de la ciudad del Roble dijo que  allí no hay  ni asaltos “porque no hay gente”. Los  deambulantes ni se aparecen  “porque no hay nadie que les dé dinero”.

“Esto es un desastre. Es un error matar a un pueblo así...”, expresó con angustia Roberto Alfonso, de Foto Liz, quien explicó que la guagua número 7, que venía de la avenida Iturregui, en Carolina, ya tampoco llega al casco de Río Piedras, sino que se queda en Cupey.

“Quieren eliminar a Río Piedras del mapa los amigos políticos...”, se lamentó Waldo Méndez, dueño de la Ferretería López, del Paseo de Diego, quien mencionó que la clientela de esta  zona es gente pobre, que ya no tiene cómo transportarse. 

Méndez sostuvo que la Policía municipal, “no la estatal”, continuamente está dando boletos por estacionamiento y   eso también está provocando que pocos clientes quieran allegarse a la zona.

El representante comercial en la Junta Universitaria de Río Piedras, Luis Parés,  aseguró ayer que  “todos” los comercios  de la zona se han afectado negativamente por el cierre del terminal de  Capetillo, pero los que  ubican cerca del antiguo corral de guaguas son los que están sufriendo el embate más fuerte.

Los que están cerca de la Universidad  de Puerto Rico (UPR) aún “ven llegar” por la avenida Ponce de León par de guaguas de la AMA, dijo.

Jaira Báez, de la cafetería Sabor a Mí,  solía alimentar a los choferes de los autobuses y a muchos pasajeros también.

Su restaurante queda frente  al  corral,  pero ayer,  al mediodía, no tenía un solo cliente.

“La situación está bastante difícil... Antes esto estaba lleno y ahora está vacío...”,  comentó Báez, quien  anticipó que si la situación sigue igual,  tendrá que cerrar el negocio.

“Es inconcebible  que se cierre el principal medio de transportación masiva para la gente pobre del área de Río Piedras... Esto tiene un impacto directo sobre las personas que tienen que procurar servicios, principalmente médicos, y sobre el comercio en general. Esto demuestra una total insensibilidad del gobierno municipal, que no se ha sentado con el gobierno estatal  para buscarle una solución a este problema”, dijo el candidato a alcalde de San Juan por el Partido Nuevo Progresista (PNP), Leo Díaz, que ayer casualmente visitaba el Paseo de Diego.