La secretaria de Educación, Julia Keleher advirtió hoy que si tiene que suspender el semestre escolar por la falta de energía eléctrica en los planteles escolares afectados por el huracán María, los educadores no cobrarán.

“He buscado mil maneras para que ustedes puedan seguir laborando y cobrando. Que hay luz o no hay luz, estoy luchando para que ustedes puedan seguir cobrando”, dijo la funcionaria a un grupo de maestros en la escuela Reverendo Félix Castro, en Carolina.

Keleher visitó a media mañana esta escuela intermedia, ubicada en la avenida Campo Rico, en Carolina. En el plantel había personal docente y no docente. Se espera que los estudiantes se reporten a partir del martes, 24 de octubre. Más temprano, la Secretaria también hizo un recorrido por la escuela elemental, Ramón Marín Solá, en la urbanización Luis Muñoz Rivera, en Guaynabo. 

En Carolina, varios educadores le plantearon que había “confusión” en torno a las horas y días en que deben presentarse a sus respectivos centros de trabajo.

“De que haya confusión, mientras eso suceda, pues lo siento mucho, pero más vale el beneficio de cobrar ese cheque y de pasar por un poco de confusión y buscar lo que son las directrices, que son bastante claras, que no recibir el pago”, sentenció la Secretaria, quien dijo que “no estaba molesta”.

“Tenemos que utilizar el sentido común. El País sufrió grandes pérdidas por el paso del huracán (María)… Si yo suspendo el semestre, suspendo el pago también”, reiteró Keleher.

En la reunión, que se llevó a cabo en un salón de clases, la funcionaria leyó a los maestros el memorando que envió con fecha del 15 de octubre informando que todo el personal debía reportarse a partir del lunes 16 de octubre de 8:00 de la mañana hasta las 12:00 del mediodía.

“Las instrucciones están claras, en blanco y negro”, sostuvo.

Ana Laborde, maestra de ciencia le dijo a Keleher que no ha habido uniformidad ni instrucciones claras. “La Secretaria envió una directriz en un memorando, pero la región y el distrito de Carolina las interpretan a su manera”, sostuvo Laborde. La educadora añadió algunas escuelas “han estado 8:00 a 10:00, otras 8:00 a 1:00 y otras de 8:00 a 3:00 de la tarde”.

“Las instrucciones no han estado claras. Tenemos muchas dudas de cuándo y la hora en que tenemos que presentarnos”, dijo la consejera de la escuela, Karina Velázquez. “Los medios de comunicación también dicen algo y si uno no lo sintoniza en ese momento se pierde la información. La semana pasada me pasó que había una reunión de los trabajadores sociales y consejeros y me enteré al otro día”, sostuvo.

Mientras tanto, la directora de la escuela, Vivian Ávila dijo que le preocupa que los estudiantes tengan que estar en la escuela de 8:00 de la mañana a 3:00 de la tarde porque el plantel está en una zona de manglares y se exponen a plagas.

Algunos de los maestros le pidieron a la Secretaria que cuando se reporten los estudiantes el lunes próximo, les imponga el horario de 7:30 am a 12:30 pm, pero Keleher indicó que la decisión final la tenían los directores escolares. La escuela de sexto, séptimo y octavo grado, tiene una matrícula de 398 estudiantes.

Fuera de la reunión, Keleher dijo a este diario, que la decisión aún no estaba tomada. Indicó que tras el embate del ciclón, unas 167 escuelas reabrieron y dijo que otras, “no más de 15 por región” no podrán reabrir por los daños que sufrieron con el temporal o porque están siendo utilizadas como refugios. “Voy a hacer un llamado a que se mantenga la calma porque en esas escuelas donde hay que mover las poblaciones, donde se identifiquen un daño, eso nos conviene para poder pedir la cuantía para la reparación al gobierno federal”, afirmó.

En la escuela elemental Ramón Marín Solá había estudiantes, pero muy por debajo de la matrícula, que la componen 364 alumnos. En los salones de segundo grado había 7 estudiantes de un total de 60 y en los salones de Kínder había dos grupos de nueve alumnos, de un total de 75 estudiantes.

En el aula, unos estudiantes coloreaban y otros discutían el texto: Listo Calixto para los huracanes. “En estos días aprendí a compartir con mis amigos y a divertirnos con juegos de mesa”, dijo Fabián, de nueve años y estudiante de cuarto grado.

“No quiero otro (huracán)… no tenemos luz”, expresó otro niño.

“Aquí se está trabajando con el corazón”, sostuvo la directora del plantel, Zoraya Cruz y dijo que el comedor está repartiendo almuerzo a unas 15 personas de la comunidad, en su mayoría, de la tercera edad.