Quince pueblos de Puerto Rico ya registran más muertes que nacimientos, proceso que se espera arrope a la Isla completa en los próximos tres años;  es decir,  más pronto de lo nadie pudo imaginar.

El informe más reciente del Censo de los Estados Unidos confirma una pérdida masiva de población en Puerto Rico, en parte como resultado de la emigración de puertorriqueños hacia ese país y esa precisamente es una de las causas de que la relación nacimientos- muertes ya esté en terreno negativo en algunos puntos  de la Isla.

Otra variable es la del envejecimiento de la población boricua, señaló el demógrafo Raúl Figueroa.

Los estimados de población del  1 de julio de 2014 describen a  Puerto Rico con 3,548,397 habitantes, para una pérdida de 177,392 con respecto a  2010, dio a conocer ayer el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi.

Aquí, datos preliminares  del Registro Demográfico -revelados a este diario por Figueroa- apuntan a que el número de municipios con más muertes que nacimientos aumentó significativamente en 2014.

En 2013, según el  demógrafo, ese fenómeno se circunscribía a Cabo Rojo,  Hormigueros, Lajas, Mayagüez y Sabana Grande. En un solo año la deficiencia se extendió a San Juan, Arecibo, Bayamón, Aguadilla, San Sebastián, Guaynabo, Hatillo, Isabela, Ceiba y Vieques.

San Juan encabeza la lista de los municipios donde  en 2014 se registraron más muertes que nacimientos: 270 muertes más que los alumbramientos habidos ese año. En 2013 la proporción nacimientos-muertes había sido a la inversa en la Capital , destacó el demógrafo.

El segundo pueblo con más muertes que nacimientos  fue Mayagüez, con 161 defunciones más que alumbramientos; Arecibo con 129 y Bayamón, con 66.

A este grupo de ciudades les siguieron varios pueblos de la zona oeste, que se  comporta de esta manera porque es donde la población es más vieja en Puerto Rico. 

Los pueblos del oeste con más muertes que nacimientos fueron Hormigueros, Lajas, Cabo Rojo, Aguadilla y Sabana Grande. A estos les siguieron San Sebastián, Guaynabo, Hatillo, Isabela, Ceiba y Vieques.

Cabe destacar que la montaña puertorriqueña es “más joven”, por lo que en general hubo más nacimientos que defunciones. El  sur, dijo Figueroa, se comporta igual.

El demógrafo aclaró que los datos del Registro Demográfico pudieran variar porque  siempre se espera que se informen más nacimientos y defunciones a finales de año, pero esos números  por lo general arrojan más muertes que partos.

“Lo que estamos viendo no es porque se esté dando un aumento en muertes, es por una disminución. Mientras la población envejece, se espera que esto suceda, pero aquí ese proceso se está dando más rápido  por la emigración”, insistió Figueroa, quien aseguró que este cambio demográfico se esperaba que tardara una década.

La emigración boricua se está dando principalmente entre la juventud. “El Centro Nacional de Estadísticas tiene los datos de nacimiento en los Estados Unidos por nacionalidad y el de los puertorriqueños -que residen en los Estados Unidos- es prácticamente el doble de los puertorriqueños que están naciendo en Puerto Rico”, dijo  Figueroa, quien puntualizó que esa estadística se recoge entre los que se identifican en el continente como puertorriqueños, aunque no hayan nacido aquí.

Otra razón para que el crecimiento natural de la población puertorriqueña esté cambiando en nuestro suelo tiene que ver con que las familias están teniendo menos hijos. 

Figueroa estima que el número de hijos por núcleo familiar es ahora de   1.4.

El Resumen de Estadísticas Vitales para 2004-2012 provee otros datos que ilustran por dónde va la demografía puertorriqueña. Mientras en 2004 el número de nacimientos vivos fue de 51,239, en  2012 esa cifra se redujo a 38,975.

En términos generales, todo Puerto Rico evidencia más nacimientos que muertes. En 2012, los datos  estadísticos reflejaron 38,875 nacimientos vivos, versus una mortalidad general de 29,892. 

Figueroa puntualizó, por otra parte,  que la tasa de mortalidad infantil  al 2012 estaba en 9.5 por cada mil nacimientos vivos y que eso “es mucho”; que venía reduciéndose y de repente comenzó a aumentar. “El Departamento de Salud debe trabajar con eso”, dijo.

El fenómeno de una población que se torna cada vez más vieja mientras decrece la natalidad supone para cualquier país un disloque social. Si a eso se añade  el fenómeno de la emigración de parte de su fuerza productiva, la situación económica de esa nación puede deteriorarse mucho más.

“Hay que buscar formas de sobrevivir. Hay que hacer los ajustes para trabajar con esa población (la envejecida)… Las personas van a tener que trabajar por más tiempo, si la gente se sigue yendo y los nacimientos siguen bajando”, anticipó Figueroa.

El Censo de Estados Unidos reveló que en cuatro años -de 2010 a 2014- hubo una migración neta de puertorriqueños hacia los Estados Unidos de 208,137 personas.

Eso, según Pierluisi, lo que presagia es que para finales de 2015 la población de Puerto Rico podría caer a menos de 3.45 millones de habitantes.