Ciertamente la palabra o, en este caso, apodo “Macaracachimba” causó revuelo entre los lectores y usuarios de PRIMERA HORA.

Esto luego que hallazgos periodísticos revelados por este diario informaron que la senadora Sila Mari González dijo en una confesión del año 2006 que el representante penepé Héctor Martínez se hacía llamar a sí mismo el Macaracachimba.

En dicha confesión, la hija de la ex gobernadora Sila Calderón, la cual sostuvo una breve relación sentimental con Martínez, explicó que el representante por el distrito de Carolina le expresó dichas palabras haciendo alusión a su relación con el fallecido narcotraficante José “Coquito” López.

Salimos a la calle y encontramos todo tipo de significados para Macaracachimba. El recuerdo más fresco de nuestros entrevistados fue de hace más o menos 25 o 30 años en el que la lucha libre era parte del desayuno de todos los domingos y se veía al famoso “Huracán” Castillo, hijo, llamarse a sí mismo el Macaracachimba. Y aún lo hace así, 30 años después afirma que él es el Macaracachimba.

Con sus manoplas, las sillas y los alambres de púas, Jesús Daniel, nombre de pila del “atleta”, hizo sangrar la frente de cientos de luchadores a través del tiempo y a otros los lesionó sin compasión.

Las personas que no recordaron a Castillo sencillamente dedujeron significados relacionados con la palabra misma. A una señora que esperaba la guagua se le ocurrió que era una persona que hacía “chivos”, refiriéndose a trabajos pequeños. Eduardo, un chofer de guaguas, respondió que era una persona juguetona, que sabía mucho, pero sí, recordó al “Huracán”.

En la música el rapero Tego Calderón también se autodenomina como el Macaracachimba en una de sus canciones. Hasta el rapero de origen boricua “Fat Joe” menciona la palabra en otra de las líricas de Tego.

En conclusión, hoy se abrió la caja de los recuerdos porque desde “Huracán” Castillo, pasando por Tego y llegando hasta Héctor Martínez, lo que parece no faltar en este país es un Macaracachimba.

PD. Un dato adicional que no añadí en la historia del periódico impreso y que por Internet les puedo contar es que la peculiar palabra tiene más años de los que pensaba. Una compañera, veterana de esta profesión, mencionó que un amigo le había llamado para comentarle que un músico cubano de la época de los años 50 popularizó un tema en el que también se hacía llamar a sí mismo el "Macaracachimba".

Se trató de Damaso Pérez Prado, creador del ritmo del mambo bailable y quien para la década de los 50 sonaba alrededor del mundo con el tema "El ruletero". En el segundo vídeo podrás apreciarlo. Bailarinas famosas de esa época como María Antonieta Pons, Ninón Evilla y “Tongolele” bailaron el mambo de Pérez Prado imponiendo así un nuevo movimiento caribeño.

Así que una vez más se comprueba la riqueza de nuestro lenguaje, su antigüedad y más que nada, la creatividad.