Isabela. Hoy, como todos los días, el joven surfista Héctor “Tito” Varela Vélez se dio el primer chapuzón en la playa Los Jobos bajo el resplandor del alba. Poco sabía él que sería testigo de una de las manifestaciones más maravillosas de la naturaleza.  

Tras desplazarse por las olas con su tabla de surf por un rato, se topó con un íntimo espectáculo natural que jamás pensó que podría presenciar.

“Como de costumbre, estábamos surfeando y divirtiéndonos y cuando fui a salir del agua, cuando voy nadando por el área del chorro en Jobos, me sale este manatí de frente, brother…”, comenzó contando el surfista de 33 años, quien desde el 2005 ha llevado a cabo iniciativas para la preservación del medioambiente y otros proyectos conservacionistas.

El encuentro lo tomó por sorpresa pero Tito no vaciló en salir a toda prisa del agua para buscar su careta de buceo y su cámara sumergible. Lo próximo que vería lo dejaría pasmado.

“Yo me asusté, lo vi… y de momento veo que expulsó a la cría. Me quedé impactado, fue una experiencia increíble”, comentó entusiasmado.

Tito presenció casualmente algo que muy pocas personas han experimentado: ver el nacimiento de un bebé manatí. El joven conservacionista dijo que guardó una distancia prudente pero no dejó de grabar los primeros aleteos de aquel bebé manatí junto a su madre.

“Me quedé viendo la dinámica. Ella lo abrazaba, lo velaba. Yo estaba quieto, como una boya, dejándome llevar por la corriente”, dijo, al sostener que el encuentro duró alrededor de 40 minutos.

Contó que en un momento dado, la cría intentaba acercársele pero este se alejaba y no llegó a tocarlo.

“El bebé se me quería pegar, no sé si estaba curioseando o estaba buscando a su mamá”, apuntó.

Dijo que tras salir del agua, le avisó a sus compañeros sobre lo que había visto y les pidió que no entraran al agua ni se acercaran.

“Hablé con uno panas que se iban a quedar allí y les dije que les avisaran a las personas que tuvieran cuidado allí y que si veían a alguien tratando de acercarse o tocar a los manatíes, que no los dejaran”, sostuvo.

Curiosamente, bautizó al pequeño manatí con el nombre "Mateo", ya que así se llama uno de sus hijos que nació, precisamente, un día como el de ayer hace seis años.

Fue rescatado

El Cuerpo de Vigilantes del DRNA se trasladó al mediodía a la playa Shaks en Aguadilla luego de recibir una llamada que alertaba sobre un manatí solo nadando en esas aguas -que podría ser "Mateo"-, informó mediante comunicado la secretaria del DRNA, Carmen R. Guerrero Pérez.  

“Los vigilantes y las biólogas de la agencia dieron tiempo para que apareciera la madre pero pasadas tres horas y en vista de que la criatura necesitaría protección y ser alimentado, entraron al agua para rescatarlo”, explicó Guerrero Pérez.

Tenía parte del cordón umbilical en su cuerpo y pesó 57 libras. No presentaba heridas aunque tiene un rasguño en la cabeza que se presume pudo ser ocasionado con las rocas en la playa.

Por tratarse de un recién nacido, el manatí requiere de mayores cuidados, especialmente al momento de ser alimentado con leche. El mamífero marino fue transportado hasta Arecibo donde personal del Centro de Conservación de Manatíes de Puerto Rico de la Universidad Interamericana lo recibió para llevarlo a las piscinas de rehabilitación en el Recinto de Bayamón.

Si ve uno, no se acerque

Los manatíes se caracterizan por ser criaturas nobles y amigables, sin embargo, es importante que las personas no los toquen ni los alimenten, ya que estas interacciones podrían causar cambios en su comportamiento natural.

Carla Rivera Pérez, coordinadora del Programa de Rescate y Respuesta del Centro de Conservación de Manatíes de Puerto Rico, exhortó a la ciudadanía a reportar cualquier avistamiento de estos mamíferos, sin importar las circunstancias en que se encuentren con ellos.

“Nosotros le explicamos a las personas que en el caso de que se encuentren un manatí mientras estén nadando, que mantengan la distancia y que se comuniquen con nosotros o con el Departamento de Recursos Naturales”, señaló, al destacar que como parte del protocolo de respuesta es importante saber el tamaño del animal, si está o no solo, si tiene una cría.

“Le pedimos que comparen a la criatura con su tamaño porque a través de esta información podemos saber si se trata de un ejemplar adulto o un bebé, que eso es un factor bien importante”, indicó.