Peligroso darle un “smartphone” a un chiquitín

La práctica de darle a un infante un teléfono inteligente o una tableta para que se entretenga puede causar problemas en el desarrollo si la exposición al aparato electrónico es prolongada. Aún si es para que juegue con aplicaciones hechas para su grupo de edad, en las primeras etapas de vida lo más importante es el contacto persona a persona.

“Lo ideal sería una vez el niño empiece la escuela, cuando ya hay destrezas básicas de comunicación, de comportamiento social”, sugirió la psiquiatra especialista en niños y adolescentes Gloria González Tejera.

Según la catedrática del recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, en ese momento al menos los menores han tenido la oportunidad de interactuar con otros adultos y estarían preparados para exponerse a otras personas y a otras maneras de recibir conocimiento.

En Japón, la Asociación de Pediatría inició una campaña para limitar el uso prolongado de los teléfonos inteligentes y tabletas a modo de juguetes para bebés y niños pequeños porque supone un riesgo para su desarrollo. De acuerdo con los pediatras, el uso continuo de estos dispositivos hace que los  niños y niñas sean más pasivos, además de que  la falta de contacto físico con otras personas disminuye un desarrollo saludable de los sentidos.

“No tendrían  un modelo a seguir. Esa mente va a estar altamente mentalizada y buscando estímulos continuos”, señaló la psiquiatra. “Antes de eso, es importante que los nenes aprendan a hacer un rompecabezas, a colorear, cómo agarrar una crayola”.

Aun cuando los padres y madres celebran que sus hijos e hijas sean hábiles en el manejo de teléfonos celulares y tabletas, es peligroso que a temprana edad sus destrezas sean superiores a las de sus progenitores.

“Hoy día los padres les dan a los nenes estos aparatos y muchas veces saben más que los papás. Ellos saben cómo buscar y  esconderse y a qué botón darle en el momento preciso para que los papás no se den cuenta”, observó.

Exponer demasiado temprano a los niños y niñas  a la interacción electrónica limita el progreso en el desarrollo por lo repetitivo de la actividad.

  “Lo más que se afectaría es la parte del desarrollo social, las destrezas de comunicación básica, hacer contacto visual, (interpretar) qué quieren decir los gestos. Hay que darle la exposición para que lleve a cabo lo que normalmente se espera que ocurra”, indicó la doctora.