Plantilla laboral se reducirá al 50%, de no aparecer una solución

La crisis económica que atraviesa Puerto Rico tiene tambaleando al programa de asesores legales Pro Bono que administra el Colegio de Abogados, un servicio que por décadas le ha brindado asistencia gratuita a la población indigente con miras a que tengan igual acceso a la justicia y los tribunales.

Tan pronto como en diciembre podrían cesantear a cinco de los nueve abogados que ofrecen los servicios de coordinación del programa, quienes tienen la responsabilidad de evaluar los casos y asignarlos entre los más de 3,000 letrados que de forma voluntaria brindan la asesoría legal -en el área civil y administrativa del derecho- a los pobres del país. Adicional, se estarían cerrando algunas de las seis oficinas regionales que tiene el programa alrededor de la Isla.

Así lo advirtió a Primera Hora el director de la corporación sin fines de lucro, Luis Rodríguez Lebrón, al afirmar que la reciente crisis en el Gobierno federal fue la gota que colmó la copa, ante una crisis económica que enfrentan desde que se produjo la descolegiación de abogados en el 2009.

“Cuando eliminaron la colegiación y se dejaron de recibir las cuotas, nos quitaron fondos porque el Colegio redujo una serie de servicios que daba. Pero el sequestration (secuestro fiscal federal) -sumado a que hubo una disminución poblacional en el último censo-, afectó los fondos que recibe Servicios Legales de Puerto Rico (SLPR), de donde nos beneficiamos con una partida... y todavía se habla de una reducción adicional que llegará en enero”, expresó al aclarar que aunque el Colegio no les aporta económicamente, sí les concede, sin cobro alguno, el local donde están ubicadas las oficinas centrales del programa en Miramar.

“Todo ese panorama complica nuestro escenario y nos están obligando a tomar medidas drásticas y te puedo decir que se van a reducir sustancialmente los servicios que ofrece el programa Pro Bono”, dijo Rodríguez Lebrón al aludir a la iniciativa que anualmente ayuda a más de 7,500 personas de la clase pobre de la Isla.

“Si no conseguimos los fondos suficientes -que de entrada son $300,000- para contratar a los abogados que nos ayudan en el esquema de coordinación, se nos hará imposible llevar a cabo el programa... te diría que el impacto anual de clientes bajaría a menos de 4,000 casos”, expresó.

Rodríguez Lebrón se mostró preocupado ante la crisis que, dice, afectará el sistema democrático pues el acceso rápido e igualitario a la justicia es un derecho fundamental de rango constitucional.

“Ante las leyes todos somos iguales y la disminución de abogados disponibles para nuestra gente pobre afectará gravemente el acceso a la justicia de esa población”, dijo sobre el programa que en sus 32 años de fundación ha logrado que sobre 200,000 clientes indigentes recibieran representación legal gratuita.

buscan solución

Entre las personas que se han involucrado en la iniciativa de “salvar a Pro Bono” está el abogado Mark Anthony Bimbela, un probonista que presentaría esta semana ante la Legislatura un par de proyectos que buscan salvaguardar el programa.

La primera de las propuestas está dirigida a que todos aquellos “objetores” de colegiación compulsoria ofrezcan cuotas dirigidas exclusivamente a Pro Bono. Mientras, la segunda es solicitar unos dineros no recurrentes del Fondo General que cubran el recorte de $300,000 que carecerá el proyecto desde diciembre, cuestión de que pueda mantener los servicios directos al pueblo.

“Espero recibir el aval de todos los partidos políticos para que asistan a una entidad como ésta. Se trata de recordarles que los pobres tienen derecho a recibir asistencia legal de primera”, dijo Bimbela, quien tiene aspiraciones de presidir el Colegio de Abogados.

Agregó que otra idea para “salvar” el programa es que se haga “una tirada especial de la lotería tradicional”, cuyos recaudos vayan a un fondo especial de la corporación.

Primera Hora buscó una reacción de la presidenta del Colegio de Abogados, Ana Irma Rivera Lassén, pero no contestó las llamadas telefónicas ni los mensajes de texto.