Dorado.- Cada lluvia intensa amenaza seriamente las pertenencias de sus hogares, y para evitar los posibles estragos de la tormenta tropical Erika, varios vecinos del barrio Maguayo de este municipio apostaron a la construcción de muros de contención para que aguanten cualquier golpe de agua.

“La canalización del chorro de Maguayo fue pésimo. Fue peor el remedio que la enfermedad. Tenían que haber desviado primero el chorro antes que construir esa canal que no conecta al chorro. Aquí ha subido el agua como tres pies y por eso hice este muro frente a la casa, y ahora lo probaré con la tormenta Erika, para ver si aguanta el golpe de agua”, señaló Rubén Dávila, residente de la calle 13 del barrio Maguayo, también conocida como la calle Edgar Martínez.

La canalización del llamado Chorro Maguayo se hizo bajo la administración del exgobernador del Partido Popular Democrático (PPD), Aníbal Acevedo Vilá. El proyecto no se culminó, por lo que nunca se conectó el canal con el mencionado chorro.

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Ante esta deficiencia de construcción, cada vez que llueve cientos de familias en este barrio ven como sus hogares se inundan y se llenan de barro hasta una altura cerca de tres pies.

El proyecto comenzó a construirse desde el río La Plata, a través de un canal de cerca de 20 pies de ancho por 20 pies alto hasta la mitad de la finca agrícola que llega a la comunidad. Desde esa finca hasta la comunidad, lo que transcurre es un tubo -de dos pies de diámetro- hasta la colindancia de la escuela intermedia.

Y fue con esta construcción, que se pretendió contener la fuerza del caudaloso chorro de Maguayo.

Al igual que Dávila, otros vecinos de la misma calle construyeron muros de contención en sus casas como medida de prevención para evitar que el interior de sus hogares se llene de agua una vez comiencen las lluvias de la tormenta Erika.

Por su parte, Mercedes Vázquez Ramos, una vecina del sector El Polvorín, que lleva 87 años residiendo en el mismo lugar, se mostró resignada a ver como en cualquier momento la parte posterior de su residencia se inunda ante la amenaza que representa la tormenta Erika.

“Aquí han tratado de canalizar y nada ha funcionado. Cada vez que llueve, nosotros vemos amenazadas nuestras propiedades. Mi hijo trepó los carros en unas torres para que cuando venga el chorro los vehículos no se llenen de agua en el interior y no se dañen”, dijo Vázquez Ramos.