LOÍZA - La Península de los Pescadores es símbolo de lucha y apoderamiento para las comunidades de Loíza y de Piñones que hace años lograron detener el desarrollo de marinas que hubiesen limitado sus espacios de residencia, pesca y recreación. 

Por eso, todos los años, al inicio del verano, la Coalición Piñones-Loíza retoma el lugar y prepara una fiesta que sirve como recordatorio de las batallas ganadas y que promueve la educación ambiental para los niños y las niñas del área.

Hoy, sábado, se celebró el evento que lleva por nombre “Verano en la Península de los Pescadores” por décimo séptima ocasión. 

La música de bomba sirvió de fondo para que los más pequeños aprendieran de la pesca recreativa, montaran en kayaks y tomaran diversos talleres enfocados en la protección del medioambiente.

“Nos dimos cuenta que los niños tienen que aprender a amar la naturaleza, su espacio, protegerlo y apoderarse”, contó la portavoz de la Coalición Piñones-Loíza, Milagros Quiñones. “Si ellos no aman este espacio y no lo conocen, no la van a defender”, señaló sobre el compromiso de la organización con las generaciones más jóvenes.

Quiñones recordó que un intento de privatización pretendía cobrarle a la gente del área 10 dólares por entrar a aquel pedazo de tierra que ubica en el sector La Torre, en Piñones.

Ahora, son los residentes del área quienes velan por su mantenimiento, con el apoyo del Departamento de Recursos Naturales (DRNA).

“Aquí vienen los pescadores de noche, de madrugada a pescar. Y es un área para los niños aprender a tener contacto con los cuerpos de agua que rodean el área de Piñones, como la laguna Torrecillas, así que es un espacio principal para todo este sector”, celebró la secretaria del DRNA, Carmen Guerrero, quien también asistió al encuentro comunitario.

La idea de dirigir la actividad a los niños desde hace casi dos décadas fue de Don Daniel Pérez, un pescador de 73 años que se dedica a este trabajo desde que tenía ocho años. Hoy, enseñaba a los niños visitantes cómo utilizar muslos de pollo atados a cordeles en botellas plásticas para pescar cocolías.

Y en esa faena se encontraban Génesis Cirilo, de 12 años, Ángel Escalera Carrasquillo, de 15, y Kamalys Villarán, de 20, apostados a la orilla de la laguna acumulando en cubos negros las cocolías que iban sacando y que luego devolverían al agua.

La pesca recreativa, en la que se capturan animales marinos para consumo personal y por entretenimiento, es una práctica que repercute en la conservación de las áreas naturales, de ahí su importancia, resaltó por su parte Vilmarie Román, del Programa de Educación de Recursos Acuáticos del DRNA.

“Nos enfocamos en retener los pescadores recreativos y en atraer a nuevos. La pesca recreativa trae mucha conciencia de lo que es el medioambiente y de mantener esa actividad que repercute en beneficios al ambiente”, detalló. 

“Unos de los custodios más atentos que tienen los ecosistemas son los mismos pescadores recreativos porque ellos, como están en las áreas, ofrecen confidencias al Cuerpo de Vigilantes cuando hay capturas mal hechas”, explicó sobre la importancia de esta actividad.

El evento Verano en la Península de los Pescadores continuaría durante todo el día con paseos en kayaks, venta de artesanías charlas y mesas educativas. Se dedicaría a la memoria de los ambientalistas Andy Rivera y Haydée Colón, y al artesano loiceño Juan Luis Sánchez.

La Península de los Pescadores es parte del bosque de Piñones, el bosque de mangles y humedales más grande de Puerto Rico.