Nada como comerse un buen pedazo de lechón y que uno se chupe hasta los dedos.

Pero, un puerco soso a nadie le gusta.

Así que es toda una ciencia conseguir que ese manjar de Nochebuena quede de película.

Julio Arzuaga es uno de los encargados de ponerle el sazón a los cerdos que son asados al carbón en la lechonera Angelito’s Place, en Trujillo Alto.

“Lo mío es adobar, amarrarlo y prepararlos; dejarlos ready para que los muchachos lo disfruten arriba cuando lo están asando”, dice el vecino de este pueblo.

(david.villafane@gfrmedia.com)

Trabaja afanoso en el sótano de la lechonera hace 24 años. Allí hay un cuarto enorme donde se produce parte de la magia de preparar un buen lechón. 

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Cuando Primera Hora visitó el lugar, habían 20 cerdos empapados de condimento, listos para ser asados.

“Ese proceso dura de diez a quince minutos, dependiendo del tamaño del animal, y en una hora ya la carne absorbió el gustito”, contó el experto.

¿A usted le quedan ganas de comer cerdo después de tanto adobarlos? “Sí. Quedan rico”, dice Julio sonriendo al agregar que “desde pequeño mi papá mataba cerdos; ya esto viene en la sangre”. 

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Mientras, Junior Rivera, propietario de la lechonera, plantea lo que determina el buen sabor del cerdo bien asado.

“Todo tiene que ver. El adobo tiene que ver, que utilices buenos productos, pimienta, orégano, marcas buenas; es la diferencia. Hay gente que usa polvo de ajo porque es más barato. Nosotros tenemos el ajo en grano y lo molemos”, dice Rivera quien agrega que algunos dicen que adobar un lechón es “agua, sal, vinagre y pa’ fuera”. Pero nada más lejos de la verdad.

Otro de los trucos que tiene en su negocio es comprar lechón de Puerto Rico.

“Todo el cerdo que trabajamos es del país, ningún americano… hay mucha gente que trabaja congelado americano, porque le sale mucho más económico, pero yo realmente no busco lo barato, busco la calidad”, sostuvo.

Indicó que la diferencia del cerdo local es el alimento que se le da. “Es criado de una manera bien diferente en cuanto a la alimentación, y por ende es mucho mejor que el cerdo americano”, precisó.

Y esa calidad la aprecian los comensales.

“Muy pocas personas preguntan pero la mayoría sí sabe que aquí es del país. Es bien fácil saberlo. En los mataderos tú le pregunta qué lechoneras están comprando ahí”, mencionó.

Otro atractivo que buscan lo clientes es que allí se asan al carbón.

“Mucha gente no lo quiere trabajar al carbón porque es mucho más caro. Tú coges un cilindro de gas de 100 libras, que te puede costar $60, y puedes hacer siete cerdos. En carbón cada cerdo te va a costar casi $40; dos sacos de carbón”, explicó Rivera.

Buen arranque

Agregó que la temporada arrancó muy bien.

“Gracias a Dios se han mantenido a las ventas como de costumbre. En cuanto a la recesión que ha vivido el país, nosotros gracias a Dios hemos mantenido las ventas”.

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Sin embargo, para Eugenio Junior Colón, de la lechonera El Pino, las ventas están un poco lentas, aunque los fines de semana es cuando más se vende. 

Sobre si la gente le pide que el cerdo que se come sea del país, aunque dijo que sí lo vende, mencionó que ya casi nadie pregunta.

Siempre vienen lechones de afuera, pero bien buenos. Yo a veces compro… pero uso los del país también”, aclaró.

Sobre los cerdos importados argumentó que tienen algunas características que los hacen buenos.

“Que tengan buena masa, que no sean secos, que cuando tú los ases se vean bonitos, la carne fresca”, explicó  al mencionar que semanalmente traen cerdos al negocio y por eso, dijo, se mantienen frescos.

Alto consumo

De acuerdo con datos suministrados por una fuente vinculada a la industria de la carne de cerdo, en Puerto Rico se consumen hasta 221 millones de libras de este producto al año. Sin embargo, solo 13.7 millones de libras son de producción local.

La informante indicó que la importación llega mayormente de los Estados Unidos, pero en años recientes también se recibe carne de cerdo de Canadá y Brasil.

(david.villafane@gfrmedia.com)

Estimó que en el periodo de 2015 a  2016 se importaron 35,018 cerdos enteros a Puerto Rico. En ese mismo periodo en los mataderos locales se procesaron 31,965 cerdos.

Este medio supo que el Fondo de Fomento para la Industria de la Carne de Cerdo compró más de la mitad de la producción local para servir en comedores escolares y el resto de la carne es comprada por lechoneras de distintos pueblos, pero en esos negocios la tendencia de compra del producto importado es creciente y en muchas ya no se sirve carne del País, pero no lo proclaman a sus clientes.

Otros negocios, sin embargo, tienen letreros con el logo del Departamento de Agricultura y un marranito sonriente con  el mensaje “cerdo 100 por ciento Del País” en su lomo. Algunos de esos  figuran entre comercios populares de las llamadas rutas del lechón.