Para muchos en Puerto Rico es verano todo el año, pero con el inicio oficial de la temporada comienzan las caravanas para las playas de la Isla.

Pero, no estamos hablando de cualquier cruzada sino de una muy peculiar. Cuando los puertorriqueños van a la playa lo toman bien en serio y lo hacen con la intención de hacerse sentir. No se trata de ir a darse un chapuzón sino de pasar un día en familia, disfrutando de nuestros recursos, tradiciones y haciendo ruido, mucho ruido. 

¿Qué es eso que no se te puede quedar en casa cuando vas a la playa?  ¿Eres de los que lleva hasta la mesa de dominó para jugar con los panas?

Bueno, aquí algunas de esas boricuadas que no pueden pasar por  alto en un típico día de playa para un corillo de puertorriqueños. 

1. El caldero de arroz con salchichas no puede faltar. Qué mejor manera que esta para alimentar el batallón de personas. 

2. Las horas pueden pasar lentas, así que, la mejor opción para pasarla bien es jugando dominó con el corillo. 

3. No importa cuántas neveritas tengas en la casa, siempre terminas en el cafetín de la esquina comprando una de foam que después nadie quiere cargar. 

4. Si el BBQ se queda, siempre se puede improvisar uno con dos bloques de cemento…o con tres piedras.

5. ¿Acostarse en la arena? Jamás.  Nada mejor que  buscar un buen spot bajo dos palmeras y amarrar una  hamaca para echar par de siestas. Sino, la frisa de flores también resuelve.

6. Un día de playa no es igual si no hay música, mejor dicho sin reguetón.  Por eso, en la playa siempre nos topamos con el vecino que nos coloca al lado el equipo de música a to’ volumen. 

7. Los galones de agua en el baúl del carro no pueden faltar.  Ojo, no siempre es para sacarle el agua salada a los niños sino para que no se suban con los pies llenos de arena al carro.

8. Hay playas y hay playas, así que cuando se trata de coger un buen spot con sombra, nada como salir a las 5:00 a.m. 

9.  Los niños tienen que ir, así que siempre hay una esquina en el carro para echar el corral del bebé.

10. Todas las anteriores pueden obviarse, pero dejar el six pack de cerveza  y el limoncillo, jamás. Al menos así piensan muchos.  

En fin que los boricuas cargamos con muchos, muchos motetes cuando vamos a la playa. Que si el shampoo para lavarnos el pelo en las duchas del balneario, el ketchup, las sillas, la casa de campaña para taparnos del sol… en fin que la lista es interminable.