Río Piedras. El reloj marca las 2:30 de la tarde en la tienda de antigüedades Cosas de Ayer y Hoy, en la avenida Francisco Paz Granela, y varios clientes están a la caza de artículos en sus secciones preferidas. Algunos están en búsqueda de un mueble mientras otros se fijan en la porcelana china.

La mercancía del establecimiento dista bastante de lo que se puede encontrar en una tienda por departamentos. Todo ha sido usado, quizás en múltiples ocasiones y por distintas generaciones. Hay joyería, pinturas, serigrafías, cámaras de película y discos de vinilo. Todo emana un olor especial que permea cada uno de los cuartos.

Pero, entre todos los artículos que se pueden encontrar en el establecimiento, hay pequeños tesoros porque, cada uno, tiene un valor singular y especial.

“Yo promuevo sitios como este. Busco artículos que pueda redecorar para darle otro uso. Por ejemplo, ahora mismo estoy buscando para el cuarto de un bebé. Vimos una coqueta (mueble de tocador) que alguien desechó y la vamos a restaurar para convertirla en un cambiador de infante”, sostuvo Annie Ray, quien trabaja en una compañía de reciclaje y que visitaba la tienda junto a su hija, María Isabel, una joven empresaria que diseña y vende muñecos decorativos.

“Hay muchas tiendas de muebles que han cerrado porque la gente no puede gastar mucho dinero. Por eso es que muchas personas están acudiendo a las ventas de garaje” , dijo María Isabel.

Otro cliente recorría dos pasillos donde se podían encontrar sillones, escritorios y armarios, entre otros muebles antiguos.

“Hace mucho tiempo que estoy visitando lugares donde hay artículos antiguos, pero más que antiguo, cosas usadas. Cada vez que uno ve un mueble y una pieza yo me pregunto: ¿de quién era? ¿Cuál era su cultura? ¿Con quién se movió? A veces miro retratos antiguos y tal vez vienen aquí por un bisnieto que ya no tenía una conexión con esa imagen. Uno no puede perder ese contacto”, sostuvo Enrique González Polanco, ex empleado de gobierno.

El ciudadano detalló la calidad de la madera utilizada en los muebles antiguos y pudo hacer una diferenciación sobre su construcción.

“¿Por qué comprar un mueble nuevo si uno puede encontraren una tienda como esta un objeto funcional que, con un poco de trabajo, se puede acondicionar a su estado original? Por eso en mi casa voy sustituyendo los muebles por piezas puertorriqueñas o piezas antiguas” , sostuvo.

La nostalgia parece ser un hilo conductor entre algunos de los clientes que descubren artículos curiosos y únicos en el mar de antigüedades.

“No sé si es la memoria de lo que uno vio durante su crianza, pero esto me atrae, definitivamente. Voy a las mueblerías y veo los muebles modernos, pero no me gustan en nada. Son fríos. No son agradables a la vista. Entonces, en estos sitios se encuentra la cristalería fina y se encuentran las cosas curiosas” , dijo Sylvia Martí Coll, una psicóloga retirada.

Para Milagros Cruz, la dueña de Cosas de Ayer y Hoy, su tienda ofrece una experiencia diferente para cada consumidor.

“Yo empecé este negocio con las cosas de mi hija y comencé a venderlas. Vi la necesidad de la compra de artículos usados y el negocio fue creciendo con los años. Aquí se puede comprar objetos decorativos, antigüedades, ropa vintage, lámparas y cuadros. Hay un inventario abarcador ”, sostuvo.

Radios y cámaras 

A pesar de que la mayoría de las cámaras que se venden hoy día son digitales, cada vez hay más entusiastas de la fotografía  que intentan rescatar cámaras antiguas. La cámara Olympia Big Royal View se vende en la tienda de antigüedades por $15. Pero esta  es solo una de decenas de cámaras clásicas que se pueden encontrar con sus lentes manuales.  Muchos clientes también coleccionan radios. En la tienda hay decenas de los aparatos colocados en estanterías.

Discos clásicos

Para aquellos que todavía tienen un tocadiscos o  simplemente les gustaría coleccionar temas de un artista determinado, la tienda cuenta con cientos de discos de vinilo. Entre las decenas de discos antiguos saltó a la vista uno de Harry Belafonte por $1.

¿Una silla de barbería? 

La silla ya se había venido, pero el rojo de su tapizado  y su sólida construcción de metal saltó a la vista entre muchos de los artículos en la tienda.   La silla aparentemente  se manufacturó en Chicago, en los años 20.  Según se desprende de una página de antigüedades, el asiento Emil J. Paidar se pueden vender entre $400 a $2,000.  Las piezas, que se construyeron desde principios del siglo 20 hasta los años 70, son buscadas por coleccionistas en el mundo entero.

Vitrola alemana 

El instrumento, que se vende por $800, parece tener una historia bastante misteriosa. De su sello de confección se desprende que se armó en  un pueblo al sur de Alemania. Empleados de la tienda confirmaron su funcionamiento al tocar un disco. En otro cuarto del establecimiento  se vendía  un reloj de estilo Art Deco que estaba a la venta por $250.