Francisco Rodríguez, director de la organización Coalición de Coaliciones,  no está ajeno a las necesidades que viven muchos estudiantes universitarios.

A través del trabajo que hacen en Ponce y otros pueblos de la Isla, Rodríguez ha tenido ante sí historias de jóvenes  universitarios que las circunstancias los ha llevado a vivir en la calle por períodos de tiempo. Sí, así es. 

No se trata del deambulante crónico, como se define a aquella persona que lleva más de un año viviendo en la calle. Prefieren no ser identificados como tal y  su realidad usualmente le es ajena a sus familiares. 

“Es un asunto de vergüenza porque la sociedad nos enseña que si estamos estudiando no se supone que nos sucedan estas cosas y que tengamos  las herramientas para bregar. La deambulancia es vista como un fracaso y se esconden de hasta sus familias”, señaló.

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Explicó que  usualmente se trata de jóvenes que optan por estudiar en universidades alejadas de su hogar buscando la oportunidad de  huir de patrones de violencia de los que han sido víctimas. 

“Tuve una joven que era la más pequeña de cinco hermanos y todos habían pasado por situaciones difíciles en su familia.  Sabía que era la próxima y que lo mejor que podía hacer era arrancar e irse”, abundó sobre la historia de la alumna de 19 años, quien estudia en un recinto en Ponce.

“Sus estudios son un escape de este mundo caótico, de una familia que no los protege. Otros buscarían otros caminos, pero ellos buscan un salón de clases y estudiar y estudiar hasta cansarse”, detalló. 

Por eso, se trata de jóvenes con excelentes calificaciones que pasan la mayoría de su tiempo en una biblioteca ante la ausencia de un lugar donde descansar. 

“Hay un cambio en la cara de la gente que vive en la calle en términos de que  vemos estudiantes y también gente joven productiva que no es la clásica persona que se metió en problemas de drogas”, comentó.

El conteo de personas sin hogar realizado en  2013 reveló que sólo el 39% de las personas llegó a la calle por problemas de drogas cuando antes esa cifra era de un 60%. 

El profesor  Elio S. Martínez - Joffre ha sido testigo de cómo los universitarios se han visto afectados directamente por la difícil situación social y económica que atraviesa el País. 

“Yo me acuerdo que hace dos años los estudiantes iban a comer al centro (de estudiantes) o a lugares cercanos al recinto. Eso fue cambiando poco a poco y te ibas dando cuenta que ya no iban tanto al centro y que traían la comida”, relató. 

Últimamente, dijo el profesor de la Escuela de Arquitectura del recinto de  Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), ya ni llevan  comida.  

“Te das cuenta que tienes que preguntarle a algunos de ellos de cuando en cuando si  comieron”,  mencionó.

La vicepresidenta de Asuntos Estudiantiles de la UPR, Margarita Villamil, admitió  que la realidad de los estudiantes ha cambiado y que muchos han tenido que hacer ajustes como reducir su carga académica, lo que les da la oportunidad de  ahorrar y trabajar, pero que a su vez retrasa el final de su carrera universitaria. 

“En definitivo nuestra juventud necesita de mayor ayuda porque  hoy día a su corta edad tienen mucha mas responsabilidad. He visto historias de éxito y sacrificio que sin las ayudas no hubiesen podido completar su grados”, sostuvo. 

Villamil destacó que por ello están en una búsqueda constante de nuevos  fondos que puedan ayudar a los estudiantes de bajos recursos en alcanzar sus sueños. 

Aunque hay ayudas, como la Beca Pell, que tienen un tope máximo de $5,775 al año, la realidad es que no es suficiente. Un semestre en la UPR, a nivel de bachillerato, para un estudiante que se hospeda está en los $14,442, indicó Villamil. A nivel graduado serían $19,409.

Ayudas disponibles

Hay diversas ayudas económicas que de cierta forma alivian la carga económica de los estudiantes. Sin embargo, se trata de recursos limitados que no alcanzan para costear la carrera. Algunas de estas son:

-Beca Pell: Otorga un máximo de $5,775 al año. Para recibirla el ingreso familiar debe ser menos de $30,000 y el estudiante debe demostrar que queda al descubierto en su totalidad. No aplica a estudios graduados.

-Estudio y Trabajo: El estudiante trabaja hasta un máximo de 20 horas semanales y se le paga el mínimo federal.

-Beca Legislativa

-Préstamos estudiantiles 

-Convenios con empresas para ofrecerle al estudiante su primera experiencia laboral.