El aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín era este Día de Navidad un mar de sentimientos encontrados. Por un lado, imperaron las caras felices de boricuas que llegaron a compartir con los suyos durante las fiestas. Por otro, se notaba la tristeza de las despedidas de los que se marchaban del terruño al país a donde se mudaron alguna vez en busca de mejores oportunidades.

Entre unos y otros, el deseo de sorprender a sus familias en esta ocasión festiva o de aprovechar los bajos costos de los pasajes llevó a muchos a transitar por las terminales de las líneas aéreas este viernes. 

La misión de James Rodríguez, un yaucano residente en el estado de Indiana, era sorprender a su familia luego de haber pasado dos años sin disfrutar de estas fiestas en la Isla.

“Vamos a ver cómo me va”, afirmó el joven, quien se mudó de Puerto Rico hacia Estados Unidos para emprender un mejor porvenir. 

“Vine de vacaciones. Llegué de madrugada y estoy esperando que unas amistades me recojan para ir a ver a mi familia. Yo me mudé en el 2013 (a Indiana), después que me gradué, y llevaba dos navidades que no venía a Puerto Rico. Me aparecí acá de sorpresa”, sostuvo Rodríguez. 

Dijo que su vida alejado de su familia no ha sido fácil y que en ocasiones se siente solo.

“Es difícil, pero uno lo hace por obligación, para uno ir creando un futuro para uno mismo. Es difícil, porque te encuentras solo. Allá no es todo color de rosa. Según ganas dinero, se te va pagando. Por más que se dice que la cosa está mala en Puerto Rico, uno siempre dice que quiere volver… Una vez llega la Navidad, uno comienza a pensar en la familia, los amigos, las costumbres y uno siempre extraña mucho”, comentó quien también dijo añorar el arroz con gandules, los pasteles, los guineítos en escabeche, el arroz con dulce, el cuerito del lechón y las cervezas Medalla. 

Velvette Ortiz, por otra parte, concluía en este Día de Navidad sus vacaciones de semana y media en la Isla. 

“Me voy triste… No es lo mejor. Quería quedarme más tiempo, pero lamentablemente los pasajes están bien costosos y conseguimos un buen especial, y las condiciones no están para dejarlo pasar”, dijo Ortiz, quien reside junto a su esposo, también puertorriqueño, en Nueva Jersey. 

Destacó que se mudó a Estados Unidos en 2004, cuando recién comenzaba la crisis económica. Y aunque “yo mi Isla la veo hermosa siempre, me rompe el corazón tener que irme, me duele lo que mis compatriotas están pasando, pero hay que seguir hacia adelante”.

Otros pasajeros, como Aslen Soto, de Moca, y Zandra Camacho, de Juana Díaz, iban a reencontrarse con sus familiares en Estados Unidos. 

Mientras le daba almuerzo a su pequeña hija, Soto contó que viajaba a Massachusetts para volver a verse con su padre y otros familiares. Señaló que aprovecharon que están de vacaciones para hacer el viaje, pues así evitaría que su esposo pierda días de trabajo. 

Camacho, entretanto, iba a visitar a sus nietos e hijos a Estados Unidos. 

“Yo pensé que era el mejor día (para viajar), porque iba a estar tranquilito, así como está”, dijo la mujer sobre las razones para viajar en Navidad. 

Otros viajeros solo planificaron un viaje relámpago a Nueva York para disfrutar de sus vacaciones. Pero advirtieron que regresarían para despedir el año en la Isla. 

“Siempre lo hacemos así, porque usualmente se consiguen buenos pasajes y los vuelos son más cómodos”, indicó la sanjuanera Tania Irizarry. 

Trasnochado por la fiesta de Nochebuena, Ángel Bula, viajaba este viernes con sus hijas a la casa de unas amistades en Brooklyn. Pero antes de marcharse, advirtió que “despido el año acá. No hay nada como Puerto Rico”.