Cuando quiere darse un gustito, María Magdalena Fontán Santiago siembra matitas de pimientos y recoge gandules de su patio para venderlos en el centro de actividades Pérez Melón, del municipio de Vega Baja, al que asiste durante los días en semana para estar acompañada de otros adultos mayores, así como para asegurarse el desayuno y el almuerzo del día.

Ya con 83 años, la vegabajeña dice “sobrevivir” con el retiro que logró en sus 34 años como maestra del sistema público de enseñanza. Son dos cheques de $460 que recibe al mes.

“Las cosas están tan caras que, cuando uno recibe ese chequecito de $460, con el pago de luz, agua, teléfono, alimentos, pues, siempre me queda algo, pero no suficiente, porque uno necesita ropa y necesita otras cosas. Se me hace difícil, pero nada, sobrevivo gracias a Dios”, indicó.

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De inmediato, añadió que “sobrevivir es comprar lo más barato, cosa de que me sobre. Cuando voy al supermercado, uno busca siempre los especiales y cuando voy a las tiendas a comprarme alguna ropa, pues me compro, dentro mi gusto, lo más económico. Así sobrevivo”.

María Magdalena, una maestra retirada, hace malabares con el poco capital que recibe para poder costear todas sus necesidades.
María Magdalena, una maestra retirada, hace malabares con el poco capital que recibe para poder costear todas sus necesidades. (Carlos Giusti/Staff)

El pasado 21 de diciembre a la 1:00 p.m., según se destacaba en un letrero que tiene pegado a su nevera, fue la primera vez que acudió al Programa de Asistencia Nutricional (PAN), del Departamento de la Familia, a solicitar este beneficio. Lo hizo en momentos en que la inflación y los altos costos de vida reflejados en todo el año 2021 la tenían agobiada.

Expuso que cuando percibió que lo que compraba hace cinco o seis años atrás a $5, ahora le puede costar $10, dejó su orgullo a un lado y fue a buscar ayuda.

“Este año por fin me arriesgué, porque no quería. Uno siempre tiene su orgullo personal. Como siempre fui profesional, pues no quería ir a solicitar los cupones, como dicen, los servicios del PAN. Pero este año me arriesgué y fui… Eso me va a ayudar bastante para mis alimentos”, manifestó.

¿Qué es lo más que afecta?

Al igual de doña María, son muchos los adultos mayores que viven en la Isla estirando el peso lo más que puedan.

En la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico del Censo para el periodo del 2017 al 2021, publicada a principios de diciembre pasado, se estableció que la población boricua mayor de 60 años estaba compuesta por 924,477 habitantes.

Para el año 2020, Puerto Rico ocupaba la posición número ocho en el mundo con la cifra más alta de una población mayor de 60 años, con un 28.5%, según datos incluidos en el “Perfil Demográfico de la Población de Edad Avanzada: Puerto Rico y el mundo” realizado por la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada.

Para este periodo, Mónaco era el país con el mayor porcentaje de población de 60 años o más, con un 41.0%. El segundo y el tercer lugar le corresponden a Japón (34.5%), así como San Pedro y Miquelón (29.4%). Alemania, Italia, Grecia y Finlandia fueron los otros países que aventajaron a Puerto Rico.

Lo opinión que se ha generalizado es que los adultos mayores de la Isla viven bajo los niveles de pobreza. No obstante, el director estatal de la organización AARP, José Acarón, rechazó esta teoría con datos y otras estadísticas internas que realizan para poder prestar los servicios adecuados a la población.

Expuso que el Censo del 2020 identificó que el 39% de los adultos mayores viven bajo el nivel de pobreza.

La Encuesta de la Comunidad, que es más recientes, fijó la tasa de pobreza en los mayores de 65 años en un 38.5%.

La procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Carmen Delia Sánchez, señaló que ayer envió al gobierno federal una lista con los nombres de égidas y asilos para que los incluyan en la lista de instituciones prioritarias. (Archivo / GFR Media)
La procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Carmen Delia Sánchez.

La procuradora de las personas de edad avanzada, Carmen Delia Sánchez Salgado, explicó que a una persona mayor de 65 años que viva sola se le considera pobre si devengan unos $12,000 anuales o menos, mientras si son dos personas el ingreso mínimo sería de $15,000 anuales.

Opinó que estos ingresos son pocos para sobrevivir con el alto costo de vida que se registra en la actualidad.

El ingreso principal de esta población es el Seguro Social. Lo reciben el 80% de los adultos mayores, indicó Sánchez Salgado.

A cargo de otras generaciones

Cifras otorgadas por el Seguro Social a Primera Hora especifican que el pago promedio que realizan en la Isla a los beneficiarios es de $1,103 mensuales.

Pero, las estadísticas apuntan a que los residentes de la montaña, como Adjuntas, Barranquitas, Comerío, Corozal, Lares, Las Marías, Maricao, Moca, Morovis, Orocovis, Utuado y Villalba, reciben un promedio menor a los residentes de los pueblos ubicados en la costa. Fluctúa entre $800 a $900 mensuales.

Sánchez Salgado especificó que el segundo ingreso que reportan los adultos mayores son el PAN, que tiene unos 401,085 beneficiarios mayores de 60 años. Si estos residen solos, reciben un promedio de $168 mensuales. El tercer ingreso más destacado lo es el retiro, que lo recibe un 30% de la población.

Acarón destacó que lo que no miden estas estadísticas es que gran parte del dinero que les llega a los adultos mayores se van en renglones que no son necesariamente para atender sus necesidades. Destacó que los estudios realizado por AARP reflejan que el 67% aporta económicamente a sus hijos y nietos con gastos como la educación en un colegio o la universidad, carros o teléfonos celulares.

“La población mayor no es que sea más pobre, porque si tú miras los números de pobreza en Puerto Rico son constante a través de todas las edades. Es más, son menos. Realmente, está en 45% (la tasa de) pobreza. Es mucho mayor. Está en 38% la población adulta. Pero, cuando tu ves la salud, ves las disparidades sociales, eso impacta aún más a la persona mayor. Por ejemplo, en los estudios que nosotros hemos hecho, el 70% del consumo en la parte de salud son personas mayores, el 67% de las personas mayores aportan económicamente a un hijo o un nieto. O sea, que están subvencionando, financiando las dos próximas generaciones, los hijos y los nietos”, afirmó, al dar a conocer datos de un estudio sobre la economía de la longevidad realizado por AARP en marzo de 2017.

José Acarón, director de AARP Puerto Rico.
José Acarón, director de AARP Puerto Rico. (Pablo Martinez Rodriguez/Staff GFR Media)

Expuso que este escenario ubica a los adultos mayores con más gastos de los que se supone que tengan para mantenerse estable económicamente y mantener su calidad de vida.

Acarón indicó que esta transferencia de responsabilidades a los abuelos ha ocurrido a causa de una alta tasa de divorcio, por el hecho de que muchos se han hecho cargo de la crianza de sus nietos o por la presión y manipulación que reciben de sus hijos para mantener estilos de vida que no pueden costear.

“Están cogiendo unas responsabilidades que ellos no veían que iban a tener y están cogiendo esas responsabilidades de sus hijos y sus nietos… Igualmente, los abuelos tienen un rol bien importante. Son los que cuidan, los que llevan a la escuela, los que llevan al médico, etcétera, y van también pagando los costos de los nietos”, explicó.

Asimismo, el directivo de AARP destacó que solo un 37% de la población trabajadora apoya económicamente a sus padres cuando llegan a la vejez para poder costear todos los gastos que incurren.

La procuradora, por su parte, hizo constar que los adultos mayores no hacen valer sus derechos para obtener ayuda económica de sus hijos.

“Unos dicen que para ‘ayudarme’ tiene que ser de corazón, no obliga’o”, comentó.

Es que los adultos mayores pueden acudir a la corte o ante el Departamento de la Familia a solicitar los beneficios del programa Prospera, que es similar al que provee la Administración del Sustento de Menores (ASUME), en el que se les impone a los hijos depositar ante el Departamento de la Familia un dinero para ayudar económicamente a los adultos mayores.

Familia reveló que en este programa solo hay activos unos 411 casos en la actualidad.

Son más los gastos en la vejez

Por otro lado, los estudios realizados por la organización AARP identifican al renglón de la salud como el que más impacta económicamente a los adultos mayores desde los 50 años. En el mundo de los consumidores, esta población aporta el 70% a los gastos médicos. En alimento y comunicaciones, este renglón aporta el 58%, mientras en autos y transporte un 60%.

En general, el estudio expone que “la economía de la longevidad en el país representa $20,700 millones” anuales. En cambio, los menores de 50 años acumulan gastos totales de alrededor de $13,000 millones.

Al ser el mayor gasto el renglón de la salud, Primera Hora indagó con el Departamento de Salud sobre los principales problemas médicos que enfrentan los boricuas.

El estudio más reciente que proveyeron, que data del 2020, estableció que “las primeras causas de muertes corresponden a enfermedades crónicas y son parte de las más comunes en esta población de 60 o más. Se trata de enfermedades del corazón, tumores malignos, diabetes mellitus, enfermedades de Alzheimer y enfermedades cerebrovasculares”.

Salud aceptó que no cuenta con un estimado de gasto promedio que incurre un paciente para tratar estas condiciones mencionadas.

La procuradora de las personas de edad avanzada explicó que lo que ve en la población mayor es que, para lidiar con los altos costos, “si me tengo que tomar dos pastillas, me tomo la mitad por la mañana y la mitad por la tarde, y así economizo para poder bregar. Esas son cosas que hacen para poder estirar el dinero”.

Por otro lado, Salud suministró una gráfica sobre los “accesos a servicios de salud” que estipula que un 6.9% de la población mayor de 60 años “necesitó ir al médico, pero no pudo ir por el costo”. El restante 93.1% no confrontó este problema.

Además, se destacó de la gráfica que el 86.8% de la población adulto mayor afirma que suele tener chequeos de rutina para atender su salud.

No hubo datos sobre la ingesta de medicamentos.

Según las estadistas generales, en Puerto Rico 273,982 adultos mayores de 65 años poseen el plan de salud del gobierno, Vital, categoría Platino. Mientras, el Seguro Social estipuló que unos 25,797 boricuas estaban inscritos hasta diciembre pasado para obtener servicios médicos a través de Medicare. Esta cifra incluye otras categorías adicionales, como discapacitados de todas las edades, y no se concentra solo en los envejecientes.

No se encontraron en las agencias estadísticas que estipulen con qué otro seguro médico se defiende el resto de los adultos mayores para atender sus problemas de salud.

No se contempla el retiro

Esta realidad del adulto mayor boricua ha provocado que los trabajadores ya no contemplen el retiro como una alternativa, informó Acarón.

Un análisis realizado por AARP expuso que los planes que tienen el 57% de los trabajadores entre los 35 a 64 años es continuar trabajando después de los 65.

“Su plan de retiro es continuar trabajando”, expuso el director de la organización.

La razón principal que se ofreció a la hora de aludir a que buscarán otro trabajo o se mantendrán en el trabajo que tienen lo más posible es porque no van a poder cumplir con sus deudas, pues no se han preparado para afrontar los gastos de la vejez. La segunda es porque desean mantenerse productivos, dijo Acarón.