Por primera vez la Isla cuenta con un análisis de las amenazas, la vulnerabilidad y los riesgos de los sistemas de salud pública, los servicios médicos y la salud mental en Puerto Rico.

El análisis de vulnerabilidad, realizado por la Oficina de Preparación y Coordinación de Respuesta en Salud Pública (OPCRSP) del Departamento de Salud y el Centro de Preparación en Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, tuvo como foco seis amenazas principales: huracanes, tsunamis, inundaciones, ciclones tropicales, epidemias y pandemias.

 Estas amenazas se evaluaron en las siete regiones de salud, con el fin de identificar la vulnerabilidad ante estos peligros naturales. El proyecto tomó en cuenta la experiencia de Puerto Rico en los pasados 25 años y se realizaron entrevistas a más de 60 profesionales de diversas agencias y se recopiló información de 200 bases de datos.

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El proyecto fue presentado durante el Tercer Simposio sobre la Preparación para Emergencias y Desastres de Salud Pública, a una audiencia compuesta por representantes de agencias públicas y privadas, y primeros respondedores con el fin de desarrollar planes de preparación y respuesta ante emergencias.

“Los eventos ocurridos el 9/11, así como el paso del Huracán Katrina, cambiaron la manera en que nos preparamos para las emergencias. A raíz de estas situaciones nos tocó prepararnos para eventos que pueden causar gran impacto en la salud pública de un País. Teníamos que realizar un análisis para conocer cuál es la vulnerabilidad, los riesgos y amenazas a nuestros sistemas para cumplir con la responsabilidad de educar a las instituciones que brindan servicios de salud. Este análisis es un esfuerzo que se ha llevado a cabo con municipios, CDTs, instituciones de salud privada y hospitales. Es un proyecto de vanguardia que nos prepara para cuando llegue alguna amenaza”, señaló el vicepresidente del Senado y presidente de la Comisión de Salud, José Luis Dalmau Santiago. 

Para el 2011 se registraron 332 desastres a nivel mundial. La mortalidad fue 30,773 personas y 244,700,000 fueron víctimas en todo el mundo. Los daños económicos, durante ese año fueron los más altos ascendiendo a $366,1000,000,000”.

Durante el simposio se enfatizó en cómo ha cambiado el perfil de la población que cada vez es mayor, la atención particular imprescindible ante las poblaciones vulnerables, incluyendo las que habitan en zonas de difícil acceso, la disposición de cadáveres, los inventarios de servicios de recursos de salud pública hasta cómo se afecta la cadena de suministros para alimentación de la población durante los desastres, entre otros temas.

El análisis de vulnerabilidad destacó que el mayor por ciento de niños menores de cinco años se encuentran en los municipios que comprenden las regiones Metro y Bayamón. Igualmente, se identificó que poblaciones con un mayor nivel de pobreza se encuentran en los municipios de Ponce y Arecibo. Según destaca el análisis, el mayor porcentaje de jefas de familia se encuentran en la región Metro y en Bayamón. Asimismo, las regiones Metro, Ponce y Arecibo tienen las mayores tasas de incidencia de cáncer, mientras que en la región de Fajardo se presenta una población grande de pacientes que reciben diálisis.

Otros datos que se desprenden del estudio es que los municipios que tienen mayor por ciento de individuos con discapacidad, que rondan en los 700 mil, están en la zona montañosa.

Entre las amenazas discutidas, se enfatizó en las inundaciones por el impacto directo que tiene en la salud pública del País. Las inundaciones pueden ser tan severas como el fenómeno atmosférico que las genera y tienen un impacto directo en la incidencia de enfermedades relacionadas con aguas contaminadas, estancamientos de agua, temperaturas, falta de higiene en abastecimiento del agua, así como el desarrollo de vectores. También, tienen gran efecto en la economía por el cierre de comercios, la interrupción de los sistemas de transporte y los daños a las estructuras. Se destacó cómo propician enfermedades como la leptospirosis, el dengue, la fiebre amarilla, el cólera y la malaria, entre otras.

Dalmau Santiago, destacó que es importante tener esta información a la mano, para comprender las deficiencias y posicionar mejor los recursos económicos y humanos. Igualmente, esta es una herramienta para que los municipios puedan cumplir con sus planes de mitigación.