La ecuación es simple: o las aseguradoras actúan de inmediato para ayudar en el proceso de que las embarazadas se  hagan la prueba del zika, o ignorar el asunto les saldrá en $10 millones por cada bebé nacido con microcefalia.

“Esto no es un asunto solo del Gobierno, aquí los planes médicos tienen que invertir dinero en prevención y asegurarse  de que todas las embarzadas se les haga esta prueba en el primer y segundo trimestre. Esto no es chiste e ignorar el asunto les saldrá más caro en el futuro pues el gasto en la vida de un bebé que nace con microcefalia es de $10 millones”, expresó el también epidemiólogo.

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De otra parte, Rullán dijo que ya es hora de que el Departamento de Salud invierta dinero en anuncios para orientar a la ciudadanía sobre el zika, una enfermedad prácticamente silenciosa porque el 80% de las veces no presenta síntomas. Pero sí tiene consecuencias graves en el futuro del paciente.

Agregó que el mensaje debe estar dirigido a personas con perfil socioeconómico bajo, pues por su estilo de vida estos individuos están más vulnerables a las picadas del mosquito, en este caso el Aedes aegypti.

"La gente en mayor riesgo no es el que duerme y trabaja todo el día en aire acondicionado. Aquí el riesgo lo tiene ese nene que está en escuela pública sin una tela metálica en las ventanas, aquel o aquella que duerme sin aire y tiene mosquitos por todos lados. Aquí el riesgo no es del turista que tiene aire en el hotel y va a la playa, donde no hay mosquitos. La gente a malinterpretado este asunto", expresó.

También dijo que favorece la activación de la Guardia Nacional para que se intensifique por vía aérea la fumigación. 

“No le echen culpa a las Ligas Mayores ni a  los de Hollywood porque no quisieron venir...aquí el problema es del ombligo pa' dentro. Somos nosotros los que tenemos que erradicar al mosquito. Y activar a la Guardia Nacional para tener un plan agresivo de fumigación de por lo menos tres años, es la solución. Haciendo lo mismo de siempre no vamos a lograr nada", dijo.

Y para aquellos que han criticado sus gestiones de orientación y advertencia, también tuvo un mensaje contundente.    

"Por ahí dicen que somos unos exagerao's y alarmistas. Qué le digan eso a las 110 embarazadas en la isla que no pueden dormir porque no saben si su bebé nacerá con microcefalia. Que se lo digan a las siete personas que desarrollaron Guillain Barre después de contraer el virus. O que le pregunten si le da gracia el tema a los familiares del hombre que falleció por zika. Esto no es vacilón. Esto es real”, expresó.