“Esto ha sido una pesadilla, y queremos que acabe.  Queremos volver a casa. Es nuestra primera vez en la isla y al parecer, quiere que nos quedemos aquí.” Edmund y Lillian Muise esperan sentados frente a la puerta de un salón en el refugio en que fueron ubicados tras el paso del huracán María por la isla. 

Esperan como quien espera que en cualquier momento aparezca alguien que les diga: tranquilos, venimos por ustedes y todo estará bien.

Edmund, quien es paciente cardiaco y a quien apenas le quedan suministros de sus medicamentos, viajó a la isla con su esposa para cumplir su sueño de conocer Puerto Rico. 

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Poco les duró la alegría usual de quien viaja, pues ahora se encuentran atrapados en el país pernoctando en uno de los refugios habilitados en el área oeste en donde ya comienzan a escasear artículos esenciales como el agua y la comida, sin poder comunicarse constantemente con su familia y con la convicción de que el Gobierno no hace lo suficiente para ayudarles. 

No obstante el director regional de la Oficina de Manejo de Emergencias, Elvis Morales, aseguró que al día de hoy, están donde tienen que estar en cuanto a la línea de respuesta, a los refugios, a la distribución de alimentos y a los censos en los centros de distribución compete.

“El proceso que se tiene que dar, se ha dado”,  aseguró en medio de una reunión en donde participaron directores regionales y coordinadores  de las principales agencias estatales de la zona que comprende los municipios de Aguada, Aguadilla, Añasco , Isabela, Moca, Rincón y San Sebastián.

De igual forma señaló que pese a la falta de comunicación telefónica y electrónica, tanto los municipios y las agencias de la región han aunado esfuerzos para atender las necesidades de los ciudadanos en lo que el gobierno central puede intervenir con la ayuda necesaria.

En cuanto a la cantidad de abonados en la zona a los que se les ha restablecido el sistema de acueducto, no pudieron precisar un número oficial pues al momento no han tenido comunicación con Administración Central. En lo que sí coincidieron, fue en el tema de la peligrosidad que representa el desbordamiento de la represa del área de Guajataca y en los esfuerzos interagenciales que se han llevado a cabo ininterrumpidamente para poder normalizar la situación y reestablecer el servicio de agua en los pueblos de la región.

Al momento quedan refugiadas en la región unas 508 personas quienes, al igual que Edmund y Lillian, esperan por que se continúen agilizando los procesos de recuperación de la zona oeste del país y con la esperanza de volver a la normalidad de sus vidas.

Municipios han sido la primera línea de respuesta

A pesar de los reclamos anónimos que hicieran algunos de los empleados municipales de la región ante la falta de apoyo por parte del gobierno estatal a los municipios, alcaldes de la región se encuentran satisfechos con la labor que han podido realizar en sus pueblos.

Este es el caso del alcalde de Aguadilla, Carlos Méndez, quien aseguró estar realizando con éxito tareas como reportar perdidas a la Administración Federal para el Manejo de Desastres, y el suministro de agua y comida para los ciudadanos de su municipio. “Este desastre no es para criticar, es para trabajar”, expresó, haciendo un llamado a la unidad y al trabajo en equipo ante la situación que atraviesa el país. 

Por su parte el alcalde del municipio de Aguada, Manuel Santiago, ha realizado labores que buscan aminorar el peso a la administración estatal estableciendo estrategias como la implementación de una clínica de servicios médicos gratuita en el casco urbano,  la designación de un comisionado residente en la OEME regional para maximizar la comunicación y el envío de autobuses a la capital en búsqueda de suministros brindados por el Estado.