Les llaman boricuas bestiales, pero en realidad son boricuas y punto. Hacen cosas que otra gente también hace, pero quienes no repiten sus comportamientos los señalan como si fueran parte de otra especie. A esas particularidades que los definen generalmente les llaman “boricuadas”.

En una encuesta de Primera Hora más de la mitad de los participantes aceptó que, por ejemplo, guía, come y habla y textea por su celular a la vez. Eso, además de una boricuada, es ilegal. Y, ciudadanos con personalidad de boricuas bestiales andan en casi todo el mundo.

Otra cosa que han hecho “un montón de veces” es pedir tostones o amarillos en un restaurante de comida china. Menos mal que los asiáticos ya conocen de la fijación de los puertorriqueños y estas frituras no faltan en el menú junto al lo mein o el won ton.

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Si hay que tomar el ascensor, da igual que el botón ya esté en rojo como prueba de que recibió el comando de una mano boricua. Una tercera parte de los puertorriqueños lo presiona y lo vuelve a presionar como si eso tuviera algún efecto.

El orgullo patrio parece que se lleva en la ropa y los accesorios, al menos para el 33 por ciento de las personas encuestadas, que reconocieron ponerse gorras o camisas con la bandera puertorriqueña. Seguramente ha visto a alguno en la playa con su camiseta ciento por ciento boricua, acompañado además de un caldero de arroz con pollo y habichuelas. Si pertenece al grupo de las más orgullosas de su bandera, entonces la monoestrellada puede ser parte de un diseño de uñas, como respondió un siete por ciento.

Sí, todavía el caldero forma parte de un día de playa, al menos para una cuarta parte de los encuestados. Curioso, también, que un 21 por ciento va a la playa a jugar dominó y más na’. Pueden pasar las horas muertas y no paran de mover fichas.

¿Ha viajado en un avión lleno de puertorriqueños recientemente? Si una cuarta parte de los pasajeros no aplaudió cuando aterrizó, entonces eran impostores porque el 25 por ciento de los boricuas celebra el aterrizaje con aplausos. Si tiene dudas de la identidad, fíjese en las maletas porque, rumbo a Estados Unidos, es típico que en su interior hayan pasteles, sofrito y arepas.

Las caravanas, que incordian a cualquiera que ande con prisa, parece que entretienen al 23 por ciento de los boricuas que confesó haberse metido en alguna “solo para tocar bocina y gritar”. Es que les gusta el party y el cachete, por eso no ven nada malo en llevar a tres o cuatro amigos si lo invitan a una fiesta. Más de la mitad de las personas encuestadas lo ha hecho alguna que otra vez.

Pero si fiestamos, también lloramos, sobre todo a quienes perdemos para siempre. Como parte del duelo, puertorriqueños y puertorriqueñas han adoptado la frase “siempre te recordaremos” pintada con griffin en el cristal del carro. Así lo admitió un 17 por ciento.

También un 17 por ciento aceptó que ha madrugado para una venta del Black Friday; quizás las mismas personas que confesaron colarse disimuladamente en una fila.

Y el dubi, ¿qué tiene de malo? Pues nada, por eso un 18 por ciento de las mujeres contestó haberlo hecho muchas veces. Una boricuada que copió Rihanna.

¿Cómo se hizo la encuesta?

 La muestra total de este estudio, efectuado por The Research Office para Primera Hora, fue de 300 adultos entre los 18 y 54 años, de todos los niveles socioeconómicos. La muestra para este estudio fue por conveniencia, de tipo probabilístico. Todos los entrevistados fueron expuestos a varias listas, de las cuales escogían las respuestas de cada pregunta, hasta un máximo de cinco nombres como su selección para cada pregunta.