Cayey está inundado en cloaca y a expensas de una emergencia ambiental y de salud pública sin precedentes.

El tono de voz de su alcalde Rolando Ortiz, se torna tembloroso al hablar de las circunstancias que tienen pendiendo de un hilo la posibilidad de un riesgo epidémico ante el colapso de la planta de tratamiento de la Troncal Sanitaria que opera la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en el montañoso barrio Rincón.

“Están corriendo todas las aguas usadas de los 10 sistemas de los alcantarillados que ubican en la carretera 171 de Cayey. ¡Todas!”, expresó el alcalde a Primera Hora, tras atribuir la emergencia a la falta de electrificación en las instalaciones de la AAA.

Ortiz anticipa una crisis de salubridad de no atenderse con premura el problema de la planta de tratamiento que, según manifestó, está inoperante hace seis días.

“Es una situación alarmante, un tema bien serio por las repercusiones epidémicas de mayor nivel que pueden ocurrir con la descarga de cientos de miles de galones de desechos tóxicos al sistema tributario del Río La Plata”, dijo.

Expresó que la contaminación a este cuerpo de agua y en los acuíferos no sólo atenta contra la seguridad de más de 19,000 residentes del municipio, sino de todos los pueblos que quedan en la cuenca que se nutre del río La Plata y que van desde la jurisdicción de Cayey hasta Dorado.

“Estamos hablando de que toda esa población -que son cientos de miles de personas- estaría expuesta a aguas contaminadas con heces fecales”, indicó el también presidente de la Asociación de Alcaldes, que agrupa a los populares. 

“Es urgente que las agencias que están liderando la respuesta a la crisis, incluyendo a FEMA y al Cuerpo de Ingenieros -los cuales ya tienen conocimiento de la situación- tomen acción inmediata para evitar consecuencias mayores especialmente para las familias más vulnerables que pueden estar cerca de los ríos recibiendo agua cruda”, denunció.

Ortiz aseguró que si la Junta de Calidad Ambiental y el Departamento de Salud inspeccionan la situación podrían decretar un estado de emergencia ambiental y de salud pública.

“Tenemos que evitar que nuestra gente sufra las consecuencias de salud que esas aguas sucias podrían provocar. Ahora mismo tenemos un compañero -empleado municipal- hospitalizado en intensivo en el Hospital Menonita por una infección de leptospirosis. Y aunque no tenemos certeza de cuál fue el canal de infección, debemos estar alertas”, manifestó.

A modo de prevención, empleados municipales redoblaron esfuerzos para orientar a los residentes sobre la importancia de hervir el agua antes de utilizarla.