Edmarie Rodríguez Medina ha hecho de sus momentos de tensión los escalones para llegar a sus metas desde que se propuso convertirse en médico de familia, una idea que la invadió cuando su papá enfermó súbitamente de un cáncer terminal.

Fue en un momento de adver-sidad -cuando su progenitor Eduardo Rodríguez Rosado fue diagnosticado con mieloma múltiple, un tipo de cáncer al que no pudo sobrevivir- que Edmarie decidió dejar estudios en gerencia y tomar cursos para convertirse en asistente médico. 

“Estuve pendiente en todo momento al tratamiento que le daban a mi papá y fue ahí cuando sentí la pasión que tengo por el campo de la medicina. Y una vez mi papá falleció (2011) eso me empujó más”, relata la joven de 29 años de Corozal, que se mudó cargada de ilusiones a la Florida (Estados Unidos), donde culminó con honores un bachillerato en esta área.

Aunque aun está labrando camino para llegar a su meta profesional como estudiante de premédica de Keiser University (Orlando, Florida), su ímpetu la ha llevado a cosechar varios frutos académicos, entre ellos haber sido seleccionada recientemente como la primera boricua delegada de la American Medical Technology (AMT), organización sin fines de lucro que otorga las licencias a los profesionales de la salud en Estados Unidos. 

Actualmente, el organismo tiene más de 57,000 miembros.

“Para mí es un honor ser delegada de esta organización porque me da la oportunidad de visitar diversas universidades y colegios en la Florida Central para orientar a otros estudiantes sobre los cursos que deben tomar para completar sus estudios como asistentes médicos, y los beneficios que les puede proveer ser miembros de la AMT para que puedan obtener sus licencias en el campo de la salud”, expresó.

Dijo que durante sus presentaciones siempre relata su historia, incluyendo otro duro proceso familiar: un diagnóstico de cáncer de seno a su mamá, Madeline Medina Guzmán, quien todavía se repone de la enfermedad.

“Cuando les cuento a los jóvenes todas las situaciones que he vivido, no lo pueden creer. Me dicen: ‘¿y cómo has logrado continuar estudiando, cómo puedes estar siempre sonriendo?’. Y mi respuesta es simple: ‘tienes que mirar ahora lo que quieres para el futuro, tanto en lo personal como en lo profesional. Tienes que hacerte una promesa a ti mismo, a nadie más. Y hacer de tus tropiezos un escalón para llegar al tope de la montaña’”, manifiesta.

 Y, ¿qué es lo próximo en la agenda futura de la emprendedora joven puertorriqueña? “Seguir concentrada en mis estudios de premédica para luego irme a la escuela de medicina. Quiero concentrarme en Medicina Familiar, porque he tenido oportunidad de atender a niños como a geriátricos y para mí es un placer ayudar a cualquier paciente. Para mí todos son mis bebés”, destaca la madre de un niño de 12 años.

Mientras tanto, Edmarie quiere continuar llevando su mensaje de motivación, particularmente a los universitarios de habla hispana que, como ella, llegan a Estados Unidos cargados de ilusiones. “Quiero dar y hacer la diferencia”, dice.