Cayey.- En el corazón de la ciudad verde, la Universidad de Puerto Rico en Cayey es testigo y protagonista de la historia que llevó a la institución a transformarse de un campamento militar a un centro de enseñanza universitaria.

Las barracas y estructuras, que ahora son aulas de clases y oficinas administrativas de la UPR Cayey, en un pasado funcionaron como zona de aclimatamiento, campo de entrenamiento y de servicio educativo para los combatientes españoles y luego estadounidenses en el antiguo campamento militar Henry Barracks, construido en el año 1897.

“Posteriormente, se fue usando así el campamento Henry Barracks, desde los años 1930 hasta principios de la década de 1960, cuando se declara excedente y deciden cerrarlo. Entonces una iniciativa de funcionarios, legisladores y autoridades municipales de Cayey cabildearon para conseguir que se instalara un colegio regional de la Universidad de Puerto Rico, que era como se llamaba entonces”, comentó el arquitecto Jorge Ortiz Colom.

Relacionadas

El arquitecto Jorge Ortiz Colom, quien habla sobre el valor arquitectonico e histórico del Recinto de Cayey.
El arquitecto Jorge Ortiz Colom, quien habla sobre el valor arquitectonico e histórico del Recinto de Cayey. (Xavier Garcia)

En el año 1967, el lugar se convierte en recinto de la Universidad de Puerto Rico, sumándose a los recintos ya existentes como Río Piedras, Mayagüez, Ciencias Médicas y Humacao.

Algunas de las edificaciones que se transformaron en salones de clase se distinguen por ser estructuras sólidas hechas de hormigón con piedra volcánica de las montañas de Cayey. Además, las tres barracas principales, conocidas hoy como el edificio de Informática, el Miguel Meléndez Muñoz y el Carlos Íñiguez, cuentan con tres plantas y un sótano, previamente utilizados como las residencias oficiales de los soldados.

Según el arquitecto conversacionista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, la arquitectura del recinto se compone del estilo neoclásico y romántico, ambos apreciados en las estructuras reedificadas entre los años 1928 y 1935.

“Ha habido tanto respeto a la cuestión natural que inclusive la plazoleta ubicada frente a los tres edificios principales se ha convertido en un muestrario de árboles y plantas tropicales, que se conoce como la Plaza Agustín Stahl”, compartió Ortiz Colom.

Es tanta la historia que encierra este campus, desde sus estructuras y museo, hasta sus paisajes y áreas verdes, que el Comité Histórico UPR Cayey se encuentra en el proceso de recopilar la información del acervo cultural del recinto para solicitarle a la Junta de Planificación de Puerto Rico y al Instituto de Cultura Puertorriqueña la designación como Patrimonio Histórico Edificado con el fin de proteger y preservar las instalaciones.

El Museo Dr. Pío López Martínez

La colección de arte del museo del Recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico tiene de todo para todos.

Otro tesoro histórico en el campus del Recinto de Cayey es el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez, el cual custodia el legado de Ramón Frade de León, artista y arquitecto cayeyano conocido por su estilo realista que capturaba la esencia del puertorriqueño en la década de 1920. Cuando Frade muere, le deja todo a su esposa, pero tras su esposa fallecer, en el año 1957, la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras hereda las piezas y algunas pertenencias del pintor.

Cuando la UPR Cayey se inaugura, profesores y miembros de la comunidad solicitaron que se devolviera todo ese material histórico de Frade a la tierra que le vio nacer, donde existen calles, plazas, escuelas, teatros, museos y más con su nombre. Es entonces que se logra un acuerdo para el traslado de la obra y objetos que pertenecían a Frade a la UPR en Cayey, que decidió usar lo que solía ser un salón de actividades para convertirlo en un espacio que honra su memoria.

A partir del 1979 se funda el museo universitario, ahora conocido como el Museo Dr. Pío López Martínez, en honor a su fundador.

El museo se compone de tres salas, La Casa Frade, la sala Central y la sala Lorenzo Homar.

Jonathan J. Berríos, director del museo del recinto cayeyano.
Jonathan J. Berríos, director del museo del recinto cayeyano. (Xavier Garcia)

“Es una experiencia casi de transportación en el tiempo donde el visitante puede ver aquellos temas que preocupaban a Frade sobre la cultura y la sociedad puertorriqueña”, mencionó el director del museo, Jonathan Berríos Domínguez.

El historiador destacó que en el museo reciben visitas de estudiantes de escuelas primarias, secundarias, así como público de todas las edades, pero las visitas más consistentes son las de los centros de envejecientes. También indicó que el museo está abierto de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:30 p.m. y los fines de semana por coordinación previa.

“Es un deber compartido de los que trabajamos aquí en la universidad y en el museo de dar a conocer la importancia de este legado, pero también de la gente de apropiarse, de visitar y hacer el museo parte de su cultura”, expresó Berríos Domínguez.

“Convertimos balas en libros”, lee el texto que acompaña el cartel creado por el artista Antonio Martorell Cardona por motivo del aniversario número 25 de UPR Cayey en 1992. Este arte del reconocido pintor, artista residente y exdirector del museo alude a la transformación del recinto, pasando de ser un campamento militar a un lugar de paz y educación, redefiniendo la institución y cambiando la mentalidad de la comunidad.