Sin mucha novedad pero con una impresionante organización, los clientes de la tienda Walmart de Plaza Canóvanas disfrutaron de una Venta del Madrugador sin empujones ni incidentes violentos.

Desde aproximadamente las 6:00 p.m. del jueves, cientos de personas hacían fila con la expectativa de conseguir equipos electrónicos y otra mercancía a precios inusualmente bajos.

Unas 400 personas formaban la fila que, en comparación con años anteriores, se mostraban mucho menos concurridas y que en menos de una hora se disipó.



La organización de este año superó las expectativas tanto de los clientes como de la gerencia de la megatienda.

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"Este año estuvo bien tranquilo. Los clientes cooperaron mucho y las medidas adicionales que tomamos fueron todo un éxito", explicó María Calderón, gerente de Loss Prevention en Walmart de Canóvanas.

"Establecimos un sistema de filas dentro de la tienda para facilitar la organización y evitar la congestión y funcionó excelentemente bien", añadió.

Dentro de la tienda, el ambiente era casi de fiesta y, a diferencia de años anteriores, donde se suscitaron incidentes violentos, este año no se reportó ninguno.

"Este año, y según el acuerdo con el DACO, tomamos medidas adicionales de precaución  para mejorar y garantizar una mejor experiencia", explicó por su parte Iván Báez, portavoz de prensa de Walmart.

"Incrememtamos la seguridad y tuvimos muchos más artículos disponibles. Superamos las expectativas del año pasado", añadió. 

Tranquilo el ambiente en Ponce

Mientras, en Plaza del Caribe, eran las 7:00 de la noche cuando Héctor Burgos de 73 años llegó a hacer fila a la tienda Sears del centro comercial Plaza del Caribe.

Aunque para él y su esposa no es costumbre asistir a este tipo de eventos, tomó la decisión porque necesitaba comprar un nuevo televisor.

“Vinimos por necesidad porque si no me quedaba durmiendo”, comentó el hombre, quien fue el primero en la fila expreso para personas envejecientes, impedidos y embarazadas.

Fueron cientos de personas las que buscaron un lugar en la fila, en la que dijeron estar satisfechos con la organización y sentirse más seguros que en otras tiendas por departamento.

Las puertas abrieron a las 12:05 y entraron en grupos de 20 personas, muchos de los cuales ya sabían lo que iban a comprar.

“Vine a comprar cuatro tabletas porque están a buen precio”, comentó el ponceño José Caraballo.

Este indicó que era la primera vez que acudía a la venta del madrugador, por lo que solo compró lo que buscaba para regresar a su casa a dormir.

Mientras en el centro comercial prácticamente todas las tiendas abrieron y ofrecieron diversas ofertas  sus clientes.

Algunas de las medidas de seguridad tomadas fueron controlar la entrada de los visitantes, poncharles la mano para identificarlos y en otras tiendas que cada asociado estuviera encargado de cinco clientes.

“Lo que más se ha vendido son las tabletas, las bocinas y las memorias”, comentó Emanuel Colón, gerente de Radio Shack.

Este mencionó que no tuvieron que otorgar rain y adelantó que esperaban sobrepasar las expectativas de las ventas en comparación con años anteriores.

La coameña Koraima Sánchez, expresó que decidió llegar al Black Friday porque no pudo hacer sus compras por Internet, como acostumbra.

“Tuve un problema con el envío y espero conseguir aquí la ropa que necesito”, sostuvo la joven, quien añadió que tenía temor de que surgieran incidentes violentos.

Uno de los clientes satisfechos fue Alberto Zayas, quien salió con un plasma y un equipo de sonido, los que encontró a buenos precios. Este ya tenía decidido lo que iba a comprar.

“No hubo problemas y todo estuvo organizado”, manifestó el hombre.

Pleneros y batucadas daban la bienvenida a los asistentes, quienes recorrían el lugar, el que parecía un día normal de compras.

En otras tiendas, los clientes aprovecharon los buenos especiales de ropa para cama, toallas, zapatos y ropa para toda la familia. Al mismo tiempo los restaurantes de comida rápida abrieron sus puertas, muchos modificando sus menús para ofrecer desayuno. Una empresa de utensilios de cocina obsequió a los presentes un calientito asopao, del que muchos no quisieron resistirse.

Un grupo de estudiantes de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica se unió a inspectores del Departamento de Asuntos al Consumidor (DACO) y visitaron los comercios evaluando que todos cumplieran con los reglamentos de precios y de irregularidades.

Se agota el inventario de televisores en Bayamón

El impulso por obtener un televisor de 50 pulgadas a $255, promovido durante la llamada Venta del Madrugador, llevó en la madrugada de ayer a cientos de personas a la tienda por departamento Walmart, en Bayamón, donde en cuatro horas se agotó el inventario de 600 de esos televisores.

Violeta Díaz Ramos, de 73 años, fue una de las clientes que por más de cinco horas hizo fila frente a la entrada principal de la tienda en espera de que llegara la medianoche para entrar a la megatienda.

A las 2:00 a.m., Díaz Ramos y otros cuatro miembros de su familia, empujaban un carro de compras por el estacionamiento del centro comercial Plaza del Sol, en Bayamón, con el televisor y otros artículos. “Conseguí lo que buscaba. Me voy contenta”, expresó.

La Venta del Madrugador trascurrió con relativa calma y muy organizada. Los clientes hicieron una fila en las afueras de la tienda en espera de la apertura y al momento de entrar lo hicieron por filtración y hubo orden.

Los televisores fueron de los artículos más solicitados al igual que las computadoras portátiles, las consolas de juegos electrónicos y la ropa de cama. 

No hubo narices rotas ni uñas volando en Mayagüez

A diferencia de otros años, la Venta del Madrugador este año se dio con un público más civilizado en Wal-Mart del Mayagüez Mall.

En esta megatienda, la gerencia se preparó para evitar la estampida de clientes en descontrol que dio tanto de qué hablar el pasado año. Esta vez, colocó barricadas con bloques de paletas en madera elevados a una altura de aproximadamente siete pies.

La fila fue controlada por medio de vallas en metal colocadas a lo largo del estacionamiento, donde decenas de guardias de seguridad hacían su trabajo para evitar incidentes.

Iván Báez, encargado de asuntos corporativos de la tienda, explicó que “son prácticas estándares del National Retail Federation (NRF), que hemos aprendido para mantener un mejor control de las filas. Así evitamos incidentes con gente brincado vallas como ha ocurrido en otros años”.

El funcionario dijo estar confiado en que esta experiencia de compra superó la de años anteriores.

Por su parte, el gerente de la tienda, Luis Ronda, señaló que este año cambió la estrategia. Comentó que se preparó previamente una fila de carritos de compras con los televisores de plasma ya montados y listos para que el cliente se los llevara. De esta manera, buscaban que no se dieran peleas por la mercancía.

Cabe recordar que el año pasado la gente se aglomeró desesperadamente en el área de televisores, lo que hizo que algunos caminaran por encima de las estibas de la mercancía, incluso rompiendo con el peso de su cuerpo las pantallas de los televisores, que luego clientes fueron a reclamar.

Solo hubo una fila para entrar, por lo que las personas con impedimentos debían esperar junto a todos los demás. Para Josué Rosario de Mayagüez, quien llegó a las 10:00 pm, esto no fue problema, pues con bastón en mano hizo la fila como todo el mundo.

Menos consumidores en Walmart de Carolina

La Venta del Madrugador de este año en una megatienda de Carolina se distinguió por atraer a un menor número de clientes, aunque el producto más buscado volvió a ser el televisor de pantalla plana.

Quizás una variante en la venta de televisores es que muchas más personas cargaban en sus carritos de compra con aparatos de 50 y 65 pulgadas, cuyo costo fluctuaba entre $255 y $838, que, dependiendo de la marca, algunos estaban en venta especial y otros no.

 Edwin Maldonado, por ejemplo, fue con sus hijos y yerno y cargaba cuatro televisores en dos carritos de compra. “El mío se dañó”, dijo, sobre su razón para adquirir un aparato de 50 pulgadas.

“El mío era de 42 pulgadas y me lo compré hace dos años en más de $400, ahora me estoy comprando este por $255”, explicó el policía de San Juan.

Algunos, como Roque Serrata, que fue el primero en entrar a la tienda Walmart en Carolina, cogieron el televisor que buscaban y se fueron directo a la caja registradora a pagar sin mirar ningún otro artículo. Mas otras, como Zenaida Marcano, quien salió del cine como a la media noche y entró a “noveleriar”, salieron con el carrito lleno de artículos que iban viendo por las góndolas. En su caso, quería un ‘comforter’ y salió, además, con ropa de cama, almohadas y películas, algunos artículos de los cuales no representaban ahorro alguno, reconoció.

En esta tienda, el escenario de la Venta del Madrugador fue distinto, luego de que el año pasado se registró un frenesí por la mercancía, especialmente por los televisores de pantalla plana marca Funai a $98.

Los electrónicos y los artículos del hogar vuelven a ser los favoritos de los madrugadores.