“Aprendí hace muchos años que la sal me va a arder únicamente si me cae en heridas abiertas y yo no tengo heridas abiertas”.

Quien se expresa así es la recién electa alcaldesa de Loíza, la doctora Julia Nazario Fuentes, quien cree firmemente en enseñar a pescar en vez de estar regalándo el pescado permanentemente. 

“Yo amo a la gente. Desde niña, mi mamá me enseñó que tengo que amar a mi prójimo como a mí misma y yo lo hice mío. A mí me gustan los abrazos y sentir que la gente me abraza”, dice la educadora sonriendo. 

Pero ante tanto optimismo, Nazario Fuentes sabe que los loiceños tienen muchas necesidades: empleo, seguridad, espacios para practicar deportes, oportunidades para que los jóvenes completen su cuarto año de escuela superior, tregua en las guerras entre diversos sectores del pueblo y, lo más complicado, resolver un déficit que ronda los $8 millones.

“Yo soy una persona alegre, positiva, visionaria, que no se detiene ante los obstáculos. Tal vez yo no le puedo decir a la montaña, como dice en la Biblia, muévete, pero puedo escalar la montaña. No me voy a detener porque la montaña está”, sentenció.

El encuentro con la primera mujer alcaldesa de Loíza, afiliada al Partido Popular Democrático (PPD), fue en las parcelas Suárez en Piñones, según lo pidió.

En esta zona, la erosión es alarmante. Hay familias que en cualquier momento podrían perder sus casas.

La saliente administración ha tenido en agenda la construcción de un proyecto de mitigación en el área, donde el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos como el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) han intervenido.

La agencia federal, según el líder comunitario Alexis Correa, asignó $5 millones.

Nazario Fuentes dijo que a principios de diciembre hay una reunión con el alcalde saliente Eddie Manso y con el DRNA, a la cual ella se invitó, para discutir el asunto.

Recordó que se crió por esa zona y sabe que tiene mucho potencial, por lo que que quiere devolver su gloria y proyecta incluirla en un ruta turística y gastronómica que podría estar concluida en unos tres años.

Pero hay otras prioridades que acechan a la entrante ejecutiva municipal. 

La doctora en Consejería acepta que como parte de la problemática de índole social “tenemos una imagen mediática de que Loíza es un pueblo violento y criminal, lo cual no es cierto”.

Sin embargo, confesó que hay una situación de unos bandos por comunidades.

“Hay que trabajar con las comunidades en un aspecto educativo y darles herramientas para que ocupen sus espacios. Y abriendo espacios para que compartan”, sostuvo.

Mencionó que el día que ganó las elecciones, tuvo una satisfacción grande cuando pudo ver -por primera vez- a líderes de distintas comunidades que no se acercan, unidos.

“Como consejera, la mayoría de estos jóvenes lo que están es llamando la atención, buscando que se les atienda”, aseveró al agregar que “a base de esto voy a trabajar con esta juventud”.

Otro problema que encontró la política durante su campaña fue el de “mucho hacinamiento en algunas comunidades, donde hijas que tuvieron sus hijos se quedaron con sus padres...”.

El problema se resolvería trabajando con la gran cantidad de casas abandonadas que tienen. Está en agenda adquirir esas propiedas, arregrarlas y dárselas a las familias necesitadas. Además, ha prometido que trabajará con las muchas madres solteras que hay en el municipio y “que quieren estudiar pero no tienen quién les cuide a sus hijos”.