Unos ocho confinados del Campamento El Zarzal en Río Grande celebraron con orgullo su graduación del Taller Hidropónico, esto como parte del programa de rehabilitación del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR).

Este taller estuvo a cargo del Director del Programa de Agricultura, el profesor Eduardo Riera, quien llevaba tiempo tratando de realizar esta iniciativa la cual se convirtió en una grata experiencia gracias al interés demostrado por sus alumnos y el impacto que tuvo el curso en su plan de rehabilitación.

“Llevamos varios años tratando de hacerlo (taller) hasta que se logró. Fue una experiencia especial, son personas extremadamente inteligentes, respetuosas y están locos por aprender. Todos hicieron sus exámenes y sacaban A y B+. Los confinados estuvieron súper interesados porque ya ellos tenían un sistema en El Zarzal, el cual estaban cultivando, pero no tenían la técnica. Ellos aprendieron la técnica más difícil”, explicó Riera.

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El taller hidropónico que tomaron los confinados les brindó la oportunidad de unirse con estudiantes civiles y demostrar su capacidad para reinsertarse a la sociedad cuando cumplan sus condenas.

“Tuve dos grupos y junte a los confinados con los estudiantes regulares y nos fuimos de gira. Los confinados tenían un comportamiento excelente. Además, este grupo fue grandioso y se demostró con la cosecha, ya que es la mejor cosecha hidropónica que se ha dado desde el año 2001”, aseguró el profesor de agricultura, quien impartió el curso en el Centro para la Agricultura Tradicional y Moderna, ubicado en la carretera 187 kilómetro 28 en Río Grande.

Además de todas las técnicas de siembra, el mayor aprendizaje para los confinados fue darse cuenta de que tienen la capacidad de volver a rehacer sus vidas sin tener que regresar a los comportamientos del pasado.

“En la graduación los confinados estaban llorando con sus familias y diciendo que no iban a volver para atrás. Sus familiares nos agradecieron y se veía el apoyo y la alegría en toda la familia. La experiencia de compartir con ellos, ver sus logros y su agradecimiento fue una cosa bien bonita”, expresó Riera.

Aunque ya culminaron el curso, el Profesor Riera espera continuar monitoreando los trabajos de sus pupilos en el hidropónico que estos tienen en el Campamento El Zarzal, donde estos se mantendrán poniendo en práctica lo aprendido.

“Los voy a seguir visitando para ayudarlos con su cosecha. Y vamos a seguir con los cursos en El Zarzal porque fue una gran experiencia”, indicó.

Entre los productos que los confinados cosechan en su hidropónico, están la lechuga romana, batata, lechuga tropical, cilantrillo, yuca, parcha, también tienen 312 matas de plátanos.

“Ellos venden sus cosechas a supermercados como Econo, Restaurantes como Don Pepe, le suplen a compradores que revenden en Río Piedras. También les venden a los empleados y, los fines de semana, cuando vienen sus familiares a visitarlos, ellos salen a vender sus lechugas, cilantrillo y otros productos”, explicó Héctor Gutiérrez, oficial del área del hidropónico del Campamento El Zarzal.

Por su parte, Héctor Pérez, portavoz del Departamento de Corrección y Rehabilitación explicó que, al momento, los confinados que tienen la oportunidad de participar de estos talleres son los de mínima seguridad, pero que los planes son expandir la oportunidad al resto de la población correccional.

“Actualmente el taller impacta a unos 12 miembros, pero se espera que en las próximas semanas se pueda expandir. También estamos analizando el poder integrar a confinados de otros niveles. Ya se está sosteniendo conversaciones con el movimiento cooperativista para impulsar esta iniciativa y convertirla en autosustentable y se espera que en las próximas semanas podamos integrar nuevos cursos que ayuden en la rehabilitación de la población correccional”, culminó.