De igual forma, otras rutas como la PR-30 que conduce de Caguas hasta Yabucoa, tramos de las carreteras PR-2 y PR-3 (dos vías de circulación claves) también pueden transitarse sin mayores inconvenientes y la PR-53 que conduce de Humacao a Ceiba.

Todavía, sin embargo y a pesar de días y noches sin descanso, la zona noroeste de Puerto Rico, particularmente después de Arecibo, vías como la PR-10 que en esencia conecta la isla, casi atravesando la zona central de norte a sur, y otras tantas carreteras en el centro de la isla no pueden transitarse de manera segura, pues permanecen llenas de árboles y todo tipo de escombros y en algunos casos, desaparecieron por las extensas inundaciones que causó uno de los 10 huracanes más fuertes de la historia.

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Despejar las carreteras es esencial para que llegue ayuda a los pueblos, para llevar suministros a los centros de distribución o combustible a los hospitales, y durante la pasada semana, esa tarea ha recaído principalmente en dos batallones de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR), indicó a El Nuevo Día, Paul Dahlen, portavoz del cuerpo militar.

Despliegue sin precedentes

Por los pasados ocho días, aunque no necesariamente se les ven en la zona de San Juan, sobre 1,300 soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR) -entre ellos, algunos perjudicados por los estragos causados por María a sus hogares- y otros cientos, procedentes de sobre una veintena de estados, han abierto paso en las diferentes carreteras que quedaron intransitables tras el golpe del huracán María.  En total, los

La policía militar de la GNPR ha complementado las tareas de vigilancia a cargo de la Policía de Puerto Rico y según Dahlen, “cientos” de ingenieros asisten en las tareas de reconocimiento y análisis de daños a la infraestructura vial, de agua y eléctrica o identificando posibles riesgos como la potencial ruptura de la represa Guajataca.

Y según Dahlen en los días venideros, continuarán llegando más unidades para ayudar en la reconstrucción de Puerto Rico ante una devastación sin precedente.

Los recursos militares están bajo el mando del teniente general Jeffrey S. Buchanan, y a su vez, estos responden a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).

El despliegue de unidades militares para atender el desastre causado por María es el más grande que se haya visto en Puerto Rico en la historia moderna, según FEMA.

Dos huracanes a la vez

Dahlen reconoció que la falta de comunicación, a raíz del colapso de la red de telecomunicaciones dificulta los trabajos, cosa que también han admitido oficiales del gobierno estatal y federal, un asunto que a su vez, supone un riesgo a la seguridad nacional.

Sobre todo, los estragos causados por María fueron un llover a borbotones sobre lo ya mojado. La GNPR de Puerto Rico estaba prácticamente a manos llenas, luego de que el huracán Irma destrozara las Islas Vírgenes a principios de mes.

“Puerto Rico es nuestra base de operaciones para asistir a las Islas Vírgenes”, dijo Dahlen al señalar que un número no precisado de soldados de la GNPR también asiste a las vecinas islas. Además, la GNPR asistió a ciudadanos estadounidenses en Saint Marteen, también arrasada por Irma.

Las operaciones logísticas de la GNPR para asistir a las Islas Vírgenes afectadas por Irma se atienden desde la Base Muñiz en Carolina. En parte, ello explica por qué la logística para atender la situación en Puerto Rico se transfirió a Roosevelt Roads, en Ceiba.

Así pues, algunos soldados que tras el paso de María, transportan suministros, ayudan en la seguridad o asisten en la reparación de antenas por todo Puerto Rico, no han regresado a casa desde que fueron activados en agosto pasado.

Entonces, se les llamó para ayudar en la emergencia causada por el huracán Harvey en Texas y posteriormente, para dar apoyo en las Islas Vírgenes tras el paso de Irma.

Y antes de abrir caminos o transportar millones de litros de agua en algún lugar de Puerto Rico, la GNPR rescataba a miles en Toa Baja cuando azotaba María hace unos 9 días.

Según Dahlen, para la etapa de recuperación que apenas empieza, la GNPR está lista para purificar agua si se necesita o para instalar puentes provisionales como podría necesitar el municipio de Yauco, tras la destrucción que allí se ve.

A preguntas de El Nuevo Día en torno al tiempo que tomará a Puerto Rico recobrar algo de su infraestructura y normalidad, Dahlen prefirió no ser específico.

“Puerto Rico se va a levantar, solo espero que esta experiencia sirva para unir a Puerto Rico y echar pa’lante a nuestra querida isla”.