El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y la organización Corredor del Yaguazo firmaron este martes un acuerdo de colaboración para el manejo de la Reserva Natural de la Ciénaga Las Cucharillas en Cataño.

La secretaria del DRNA, Carmen Guerrero, y el presidente del Corredor del Yaguazo, Pedro Carrión Huertas, destacaron la importancia de este convenio para atender la ciénaga, considerado uno de los espacios naturales más grandes del área metropolitana de Puerto Rico.

Para las comunidades de Cataño, el acuerdo representa un reconocimiento a la lucha que han desarrollado para proteger el humedal desde que fueron desplazados de esos terrenos en la década de 1960 y que el área fuera usada como un vertedero por parte de empresas y el gobierno.

"Para nosotros es importante la firma de este acuerdo histórico de co-manejo de esta zona", expresó en conferencia de prensa Carrión Huertas, quien ha vivido toda su vida en la comunidad de Juana Matos, donde residen cerca de 600 familias.

"Se le hace justicia a nuestra comunidad. Los recursos naturales de esta zona deben estar en manos de la comunidad, porque es la que ha estado día a día para conservarlo", agregó el presidente del Corredor del Yaguazo, una entidad dedicada a promover la conservación de los recursos naturales.

Por décadas, voluntarios de la comunidad y diversas organizaciones le hicieron frente a los sectores que contaminaban el área y se dedicaron no sólo a limpiarlo, sino a reforestarlo, en un proceso que se conoce como "restauración del humedal".

Según el DRNA, la Ciénaga de Las Cucharillas es vital para Cataño y sus residentes, debido a que funciona como una zona de amortiguamiento que filtra el agua de escorrentías de las zonas industriales del municipio y evita que las inundaciones causen daños graves a las viviendas y negocios.

De hecho, diversos estudios realizados por economistas apuntan a que desde el 2007, cuando se comenzó a documentar el impacto de la restauración, el gobierno se ha ahorrado cerca de $15 millones de fondos públicos que no ha tenido que pagar por daños relacionados a inundaciones en la comunidad.

Asimismo, la agencia destacó que en el área de 1,503 cuerdas que componen la ciénaga existe la mayor cantidad de aves acuáticas de todo el Estuario de la Bahía de San Juan, incluyendo la Chiriría, una especie nativa de las Antillas que se encuentra en peligro de desaparecer y todavía sobrevive en el área.

"Es bien especial estar aquí, afirmando lo que para el Departamento es fundamental. Creemos firmemente que el futuro de la conservación y protección de recursos está basado en las alianzas como el que hoy se está firmando con el corredor del Yaguazo", expresó Guerrero.

Mediante el acuerdo, el DRNA podrá proveer apoyo a la organización comunitaria en la implantación de actividades educativas, investigaciones científicas, proyecciones de mantenimiento, conservación, restauración y reforestación de la ciénaga. También la agencia y el Corredor del Yaguazo trabajarán juntos en diseñar un plan de seguridad y de manejo de desperdicios sólidos en el área natural protegida.

Área de investigación 

Además de haber provocado una movilización en proyectos y actividades que se desarrollan en escuelas y comunidades del área, el trabajo de conservación en la Ciénaga hace varios años incluye labores de investigación científica por parte de universidades.

"Los humedales son muy importantes para investigar el cambio climático", comentó Guerrero.

El Centro de Ecología Tropical Aplicada y Conservación (Catec, por sus siglas en inglés) del Recinto de Río Piedras, de la Universidad de Puerto Rico (UPR), actualmente lleva a cabo varios proyectos, entre los que se destaca el aumento en el nivel del mar y el proyecciones para el impacto de la sequía.

La directora de Catec, Elvira Cuevas, indicó el trabajo de reforestación les ha permitido investigar el comportamiento de diversas especies de árboles ante el tiempo de sequía, que espera sea cada vez más frecuente y severo, por lo que conviene conocer cuáles se adaptan mejor. De esta manera, dijo, en el futuro no hacer siembras de árboles que podrán sobrevivir.

Abundó que a través de la siembra de árboles también han logrado interceptar la lluvia, a la vez que han reducido y en muchos casos eliminado las inundaciones en las comunidades que se encuentran bajo el nivel del mar.

Todas estas investigaciones no sólo han significado oportunidades para estudiantes universirtarios a nivel graduados y subgraduado, sino también para alumnos de escuelas públicas del área que han participado de los proyectos.

"Lo que hicimos fue traer a los estudiantes, entrar y desarrollar mediciones que están relacionadas con la capacidad de tolerancia y recuperación que tienen estas especies que se están sembrando para control de sequía, inundación y salinidad", dijo Cuevas.

"Esta rehabilitación ha logrado lo que no pudo hacer la ingeniería", afirmó. "Es un experimento realizado por la naturaleza".