En medio del caos y la incertidumbre que se vive en la isla por la falta de luz, un empleado de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) se ha convertido en el refugio de cientos de familias que lo siguen en su cuenta de Facebook para conocer cómo progresan los trabajos en esa agencia.

Fuera de la oficialidad, Jorge Bracero, que lleva 12 años laborando como Operador Auxiliar 2, publica a diario dónde las brigadas de la AEE están trabajando.

Pero, lo que hace que este servidor público haya calado tan hondo -ayer tuvo que abrir un fanpage- es que el sufrimiento del pueblo no le es ajeno.

“Yo estoy igual que ellos. No tengo luz desde (el huracán) Irma. Me estoy quedando en casa de un familiar, me estoy quedando en un sofá y mi esposa, que está por parir, duerme también en un sofá”, confesó Bracero en entrevista con Primera Hora.

“Las preocupaciones del pueblo son las mismas mías y, realmente, este momento va a pasar y no hay absolutamente nadie que esté olvidado aquí”, aseguró.

El empleado público llevaba tiempo posteando en su cuenta cómo se recuperaba el sistema energético tras eventos de emergencia, incluyendo el apagón general ocurrido en septiembre de 2016.

“Esto (el boom) es una respuesta abierta a lo que pasó con María. En Irma también lo hice. Cuando pasa ese tipo de situación todo el mundo sabe que yo trabajo en la AEE y me dice: ‘mira, ¿qué pasó, cuándo llega la luz?’, y por lo general empezaba a hacer pequeñas comunicaciones y les decía: ‘esto va a pasar, se está trabajando con esto’, pero como estos eventos no duraban más de cuatro o cinco días realmente no tenían el mismo impacto”, aceptó.

Luego, ante los informes que trascendían sobre lo que ocurría con el servicio, Bracero, que se sintió ansioso porque sí sabía lo que se estaba meneando en la olla, se dio a la tarea de mantener al día a sus seguidores.

“Yo lo vi como una responsabilidad mayor, porque ya a las dos semanas el caos mediático era muy fuerte. La radio era lo único que estaba funcionando y el caos que se sentía en la manera en que hablaban los demás entiendo que no estaban haciéndole un bien a las personas, que las estaban poniendo más estrésicas”, mencionó al agregar que muchas veces “la jerga” que usan ellos no se entiende en la calle.

Ejemplificó que en ocasiones se hablan de los bolsillos en algunas áreas y no son pocos los que se confunden y piensan “que los bolsillos son para lo último… Pero lo dicen de una manera como si fuese automática y eso no es cierto. Eso crea un caos a la persona porque automáticamente lo primero que piensa es que ‘no vamos a tener luz, nos chavamos, somos los últimos’”, aceptó.

Y así empezaron “los post míos para tratar de apaciguar, de controlar el caos… Lo que la gente quería escuchar eran noticias buenas, no quería seguir escuchando noticias malas y al escuchar la explicación de cómo funciona esto, de qué se está haciendo y dónde se está trabajando; qué hace falta para que estas personas tengan luz, pues eso fue lo que nos vendió sólo”.

Ante la realidad de que muchas veces se daban informes contradictorios, Bracero se convirtió en la persona que explica las cosas en arroz y habichuelas.

“Estás diciéndole las cosas como son y no lo cogen a mal. No ha habido una persona a quien tú le digas la verdad y se sienta que lo están insultando”, sostuvo.

Aceptó que no es el único en este esfuerzo, ya que como empleado de la Central San Juan cuenta con el apoyo de todos los unionados y la gerencia “que han dado la milla extra”.

“Aquí se ve una tremenda actitud de familia y sé que esto se ha repetido en otras plantas y técnicas”, mencionó.

Pero, la realidad es que el furor por el sosiego que plasma Bracero en su página personal fue tal que tuvo “que abrir ayer un fanpage porque ya tenía más de 5,000 amigos y más de 8,800 seguidores y ya el inbox estalló”.

En la tarde de ayer su fanpage (Jorge Bracero AEE) tenía 12,456 seguidores y continuaba sumando.

“Esto es para poder ayudar mejor, que el mensaje se siga difundiendo y lo seguiré difundiendo”, mencionó al agregar que así también mantiene un poco su vida privada, aunque cada vez los seguidores conocen más detalles de la vida del vecino de Guaynabo. Sobre ello, no son pocos quienes lo han invitado a cenar o alguna otra actividad en agradecimiento por tenerlos informados y otros porque les llegó la luz.

También ya se enteraron que su esposa, Charlot Irlanda, está embarazada y que lo apoya, aunque en un principio desconocía la magnitud de lo que hacía Bracero.

“Ella está un poco histérica porque tiene nueve meses de embarazo. Mi hija se supone que nazca ahora para el día 15. Ella me escuchaba hablar de estos temas y cuando oía a los analistas, o las mismas noticias, cambiando la información, (veía) cómo me frustraba… Al principio como que dijo: ‘ah, pues está bien, él está haciendo eso’, pero ella no sabía la magnitud hasta que los compañeros de trabajo y amistades empezaron a decirle: ‘mira, a tu esposo lo están mencionando en la radio; tu esposo tal cosa’ y ahora es en todos lados, todo el mundo le habla de eso”, confesó.

Su madre, indica, “está bien orgullosa. Ella siempre ha sido una mujer de Dios, siempre es agradecida, vela por nosotros y una de las cosas que ella ha estado siempre pendiente es que seamos personas de bien”, aceptó.

Pero Bracero también se enfrenta con casos que le estrujan el alma y se siente de manos atadas.

Uno de estos fue el de una señora en Santurce que está en silla de ruedas y salió a Estados Unidos ante la falta de electricidad.

Ella quiere regresar para atenderse con sus médicos, pero no es posible por el momento.

La promesa de Bracero es que inmediatamente energicen esa área y su casa –que ya se empezó a trabajar- le avisará.

Y otra promesa que hizo es que, tal y como lo hacen sus seguidores, posteará en su fanpage un vídeo cuando le llegue la luz.

Uno de sus post más famosos es: “Si te llega la luz, haz hielo, ayuda al vecino que no tiene a lavar ropa y a cocinar, porque como único podemos salir de esto es si lo hacemos juntos”. Ya algunos de sus seguidores han puesto vídeos de “fuegos artificiales” celebrando que tienen el servicio.

“No me lo esperaba, es espectacular”, agregó.

Su mayor preocupación, que “a medida que se vayan energizando ciudades las personas simplemente vuelvan a este estado de normalidad y no se den cuenta de lo que está pasando en los otros pueblos que están todavía un par de pasos atrás”.