Casi dos meses después que se registrara un enorme incendio en el vertedero de Cabo Rojo, vecinos de las comunidades del Combate y El Corzo todavía sufren las consecuencias del siniestro.

El último capítulo se registró la semana pasada, cuando una nueva nube de humo volvió a impregnar sus residencias, lo que provocó problemas respiratorios para algunas personas, e incluso, llevó a otros a moverse provisionalmente a otras residencias.

“El jueves pasado se sintió bien fuerte. Mi papá vive en El Corozo y es asmático y me dijo que tuvo que cerrar todas las ventanas de su casa porque el humo se metía y no lo dejaba respirar”, comentó Aida Camacho, residente de Boquerón, pero que trabaja en el área de Combate.

“Es increíble que después de tanto tiempo, todavía se sienta ese humo. Se deben tomar cartas en el asunto porque estamos hablando de la salud de las personas”, destacó. 

Por su parte, David Jiménez, propietario de la Farmacia El Combate, dijo que la emergencia ha afectado la calidad de vida de residentes y comerciantes de la zona.

“Yo lo que puedo percibir es que, durante el día, no hay tanto problema, pero en la noche, parece que cambia la dirección del viento y se siente más”, destacó Jiménez.

“Nos afecta porque tenemos que vivir encerrados y hay muchas personas con problemas respiratorios a causa de eso”, sostuvo.

El enorme fuego se registró en horas de la tarde el pasado 25 de diciembre, día de Navidad y de inmediato se propagó por toda el área del depósito de material vegetativo. De inmediato, personal del Cuerpo de Bomberos, la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y de la corporación Eco Park, a cargo de la operación de esas instalaciones, trabajaron con el incendio y lograron controlarlo, pero no ha sido extinto por completo.

Por su parte, el jefe de distrito de Bomberos, el teniente José Vale, explicó que el fuerte olor a humo que se percibió en las zonas aledañas al vertedero responden a que se está trabajando en la remoción del terreno para extinguir el fuego que aún continúa en el subsuelo.

“Trajimos la maquinaria para hacer el debido movimiento del terreno. Como esto es un vertedero, estos son diferentes capas de tierras que van tapando la basura. Cuando comienzan a quemar, quema hacia abajo. Se ve el humo salir, pero no la basura quemada”, detalló Vale.

“Para lograr la extinción de eso, tienes que remover la tierra, echar agua, volver a remover la tierra y seguir echando agua hasta llegar al máximo de la basura”, agregó.

Según Vale, unos 10 bomberos de la zona de Mayagüez trabajan en el lugar, así como personal del Departamrnto de la Junta de Calidad Ambiental, Defensa Civil y personal del Municipio de Cabo Rojo.