Fajardo. Vecinos del sector turístico Las Croabas, tienen aún el mal sabor del descontento provocado en la comunidad por el intento de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) de construir dos bombas de aguas sanitarias en el antiguo varadero de la zona, a solo pies de la entrada al estuario de la laguna bioluminiscente, y el inconcluso proyecto de trasladar a los concesionarios de kayaks al lugar.

Sin embargo, a casi seis meses de que la construcción fuera detenida por las protestas de comerciantes y vecinos, el impacto al terreno no ha sido del todo mitigado por el Gobierno central y no hay indicios de que el proyecto para los kayaqueros se materializará.

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Según vecinos y comerciantes, el lugar es utilizado por las brigadas de la AAA -que trabajan a lo largo de la carretera PR-987 que conduce hacia el concurrido sector- como repositorio de tierra excavada.

“Luego de que nos dieron la razón, quedaron en noviembre del año pasado en que iban a dejar el varadero como lo encontraron pero lo que hicieron fue tapar esto con tierra y ahora con ese polvorín que se levanta no se puede. Ahora están depositando tierra ahí de las construcciones que están haciendo en toda la carretera y la cosa se pone peor”, aseguró Mike Avilés, propietario de la hospedería Sueños del Mar, que colinda con los terrenos del antiguo varadero, y residente en la zona.

“En estas semanas tuve que devolverle el dinero de tres días a un turista alemán que vino porque me dijo que no podía bregar con ese polvorín. Ahora viene Semana Santa y esto se llena pero me preocupa que esa situación afecte”, añadió el comerciante, quien además lamentó que gran parte de la carretera PR-987, desde el sector Sardineras hasta Las Croabas, se encuentra en pésimo estado debido a las constantes construcciones.

Asimismo, Avilés mostró escepticismo ante el destino de los millones de dólares invertidos en la construcción parcial de las dos bombas sanitarias en el antiguo varadero y criticó la inacción del municipio para tomar cartas en el asunto.

“Este es el único país en el mundo en que se gastan millones de dólares haciendo un construcción que después tienen que parar porque no se planificó y, encima de eso, el dinero invertido se pierde porque no saben qué hacer con lo que empezaron”, criticó con sarcasmo el comerciante.

“Entonces tú ves que tampoco el alcalde de este pueblo hace nada con ese terreno que va a terminar perdiéndose. Hizo una demolición en la villa pesquera y ahí se quedó eso también”, añadió.

Sin embargo, no todos los comerciantes desean revivir los momentos de tensión e incertidumbre enfrentados durante las protestas por la construcción de las dos bombas sanitarias a menos de 150 pies de la entrada del estuario de la Laguna Grande y que presuntamente provocó un apagón en la bioluminiscencia de ese cuerpo de agua.

Omar Cuevas, propietario del restaurante Costa Linda, ubicado frente a la entrada principal del lugar impactado por la construcción, dijo que “lo que no se ve es que el alcalde (Aníbal Meléndez) haga nada cuando él puede hacerse cargo de ese terreno y seguir el proyecto. Él se pasa diciendo por ahí que este es un municipio con superávit, ¿por qué entonces no termina el proyecto de mover los kayaks allí por el bien de nosotros?”