Utuado. La devastación causada por el huracán María y los problemas administrando los recursos para atender la emergencia, mantienen dos barrios incomunicados casi en su totalidad, muchísimas vías intransitables, mientras una buena parte de la población comienza a ser sacudida por el hambre, la falta de servicios médicos y la escasez de agua. 

Por el momento, atajar el problema de comunicación y la distribución de suministros básicos de agua y comida es la prioridad en este pueblo. Pero las intenciones oficiales, se retrasan por las múltiples capas de mando y los problemas de comunicación y coordinación. 

Por ejemplo, la primera misión del sábado era llevar agua y comida al incomunicado sector Veguita, ubicado justo en el borde del Lago Caonillas. La idea de la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias (OMME) de Utuado era aprovechar unos botes que habían sido lanzados en el lago por servicio de rescate del estado de Nueva York para llevar los suministros de asistencia que había enviado el gobierno estadounidense.

Pero en el camino se abortó la misión. 

Los rescatistas del llamado Task Force, liderados por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) no esperaron a las brigadas municipales con los suministros y se marcharon del lugar para continuar con las inspecciones. Los suministros se quedaron en una camioneta pick-up amarilla que el ayuntamiento utilizaba para distribuir comida y agua para los damnificados. Había, sin embargo, una promesa, que se llevarían los suministros en un helicóptero. 

Pero esto no era una alternativa que calmara a los rescatistas municipales. Reportes extraoficiales apuntaban a que ayudas previas llevadas en helicóptero a sectores aislados en Utuado habían sido copadas por algunas personas dejando a muchas familias sin su ración de alimentos y agua. Por eso, se intentaba que, en lugar de simplemente dejar la paleta de suministros en alguna de las carreteras de los vecindarios aislados, personal de rescate bajaría y se encargaría de una justa repartición. 

“Es bien difícil, porque Utuado es bien grande. Nos estamos moviendo, pero es mucho el trabajo”, dijo el alcalde de este pueblo, Ernesto Irizarry Salvá. 

Tras el paso del huracán María, el tránsito este pueblo es una gran complicación. De hecho, la parte norte del caso urbano parecía militarizado, con una gran cantidad de soldados en las calles y con maquinaria pesada todavía intentaba deshacerse de los escombros que dejaron los vientos del ciclón y las inundaciones.

La ayuda se reparte principalmente en las comunidades del casco urbano. El municipio, que se supone que se encargue de la distribución del agua y comida, solo tiene la capacidad de atender dos comunidades al día, además de la entrega a los que llegaran al estadio municipal. 

Y eso, que la operación cuenta con el apoyo de efectivos de la Guardia Nacional, FEMA y equipos enviados desde Nueva York y otras jurisdicciones en los Estados Unidos. A cada persona le daban cuatro botellas de agua y una caja con comida enlatada, frutas secas, leche, galletas saladas y barras nutritivas. El estimado era que, si estiraban las raciones, era comida suficiente para dos días.

Aun con la asistencia estadounidense, para el sábado no se había logrado llegar a la mayor parte de las comunidades en los barrios Don Alonso, Guaonico y Santa Isabel. Del mismo modo, los sectores Caniaco, Las Cuevas y La Jungla también tenían problemas de comunicación terrestre. 

Hace dos días no se había abierto completamente el paso por las carreteras PR-603, PR-605, PR-607, PR-612 y PR-140. “Se está trabajando en eso”, sostuvo el alcalde.

Riesgo para la salud

José Luis Matías Ocasio, rescatista de la OMME de Utuado, indicó que se teme que en algunos sectores del barrio Don Alonso todavía haya personas que murieron durante la tormenta en las casas, lo que representaría un grave riesgo para la salud de los sobrevivientes de la zona. 

Utuado es uno de los pueblos donde se reportaron fatalidades con el paso del fenómeno.

Específicamente, tres hermanas murieron al caer un alud de tierra sobre la casa en la que se refugiaban en el sector San Miguel. Los cuerpos no pudieron ser sacados de los cuartos repletos de lodo hasta el pasado jueves. 

Pero la crisis ambiental no termina ahí y ahora sólo se recoge la basura en los sectores San José y el casco urbano. 

Por otro lado, el alcalde indicó que colapsaron las tuberías de alcantarillados que cruzaban sobre el Río Grande de Arecibo en el sector Río Abajo, por lo que las aguas usadas se están descargando en este afluente natural que, en parte, abastece el sistema del Superacueducto del Norte. 

“Vamos a tener una crisis ambiental si eso no se atiende pronto”, dijo el alcalde, quien se veía físicamente abrumado por la situación. 

La emergencia en este pueblo no parecía estabilizarse, no daban abasto repartiendo la ayuda que se comenzó a recibir el jueves. 

Tenían problemas llegando hasta los pacientes de diálisis y cáncer de modo que pudieran ser transportados a recibir tratamientos especializados. 

Del mismo modo, según el alcalde, los medicamentos no son suficientes, pero se esperaba una ayuda de la Guardia Nacional para abastecer el pueblo con medicinas.