Conversaban y el semblante en sus rostros denotaba preocupación. Una de las maestras le dio una palmadita en la espalda a uno de sus colegas, en señal de apoyo. Era evidente que algo los compungía. Precisamente ayer, que se celebró el Día del Maestro.

Cerquita de ellos, algunos de sus alumnos – niños de la escuela Julio Millán Cepeda, en Río Grande- jugaban inocentemente desconociendo que el lugar donde llegan todos los días a recibir el pan de la enseñanza cerrará para siempre sus puertas en un par de semanas. No es la única. 

Otros 178 planteles también están en el listado oficial de cierre como parte del plan de Transformación Escolar anunciado ayer por la secretaria del Departamento de Educación (DE), Julia Keleher. Los 27,431 estudiantes y 2,786 maestros que se afectarán con la consolidación serán reubicados en 197 escuelas receptoras.

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¿Esta es la escuelita que va a cerrar?, preguntó este diario a los maestros que dialogaban. El trío se miró y respondió en afirmativo con un sube y baja de cabeza.

“Esto ha sido terrible”, expresó con desasosiego Tilza Trinidad, maestra de inglés de la escuela que alberga a 170 estudiantes de nivel elemental.

Aunque en la comunidad escolar se escuchó por meses rumores de que el plantel -ubicado en el barrio Las Dolores- podía formar parte de la lista oficial de escuelas públicas que cerrarán a partir del próximo año escolar que inicia en agosto, lo cierto es que albergaban la esperanza de que el DE reconsiderara la idea.

“Los padres y la comunidad hicieron más de tres reuniones para evitarlo. Se le pidió ayuda a legisladores, a la gente de Educación… ¿qué no se hizo? Incluso, esta mañana hablamos del tema y estábamos confiados de que no nos iban a incluir. Pero a la hora de almuerzo nos llegó la noticia y fue terrible. Fue bien triste para los maestros. Muchos lloraron. Están frustrados”, contó Trinidad.

Agregó que el ánimo de la facultad es de luto. “Esto parecía hoy una funeraria… de hecho, el lunes venimos todos vestidos de negro”, expresó quien trabaja hace dos años en el plantel, a donde llegó por traslado luego que, irónicamente, la escuela donde trabajaba fuera cerrada por el DE. Ahora le toca enfrentar nuevamente el proceso.

A su lado, Milton Parrilla, quien labora hace 17 años en la escuela como Trabajador I (ayudante especial en el salón de clases), no podía evitar las lágrimas.

“A uno le da nostalgia… son muchos años. Aquí somos una familia. Y realmente, esta comunidad necesita esta escuelita”, dijo al explicar que muchos padres llevan a sus niños a pie por falta de transportación.

Su comentario fue respaldado por el conserje escolar, Monserrate Asetty, quien aún canalizaba la noticia. “Como soy unionado, no sé lo que va a pasar conmigo… tendré que llamar a la gente de la Unión”, expresó en referencia a que buscaría orientación en los líderes sindicales.

De otra parte, en la escuela elemental Dr. Clemente Fernández, en Carolina, el escenario era de coraje.

No era para menos, cuatro de cinco padres consultados sobre el tema por Primera Hora, supieron sobre el cierre del plantel a través de este diario.

“¿Qué tú me dices? No puede ser. Pero si yo acabo de matricular a mi nene chiquito en Kinder  y no me dijeron nada. Y tengo a la nena que va para segundo grado. Esto me ha tomado por sorpresa”, dijo Ashley Medina.

Igual preocupación mostró Betzaida Jiménez, quien tiene dos niños en la escuela. El menor, estudiante de cuarto grado, es autista.

“¿Qué harán con mi hijo? Reubicarlo en otra escuela donde ya hay hacinamiento, porque la escuela receptora que ofrece Educación (en este caso es la Pedro Moczó) no es opción para nosotros.  Además, él está aquí desde Kinder, ha logrado tener una vida social y todo ese terreno ganado puede dar un retroceso con estos cambios. Esto viola los derechos de estos niños de educación especial”, manifestó quien es madre voluntaria del plantel.

En peligro contrato de empleados transitorios

Mientras en muchas escuelas corría la hora de almuerzo, Keleher le anunciaba al País que decenas de escuelas serían consolidadas, esto con la proyección en agenda de lograr $7,728,000 en ahorros para el Gobierno, sólo en servicios de agua y luz. 

Insistió una y otra vez que no hay otra opción y señaló a la “crisis fiscal” como la causa de acción. Aseguró en cambio que “nadie aquí va a perder su trabajo”. 

Pero, a preguntas de Primera Hora,  no pudo aseverar que se vayan a recontratar a los cerca de 9,000 maestros transitorios que hay en el sistema público, muchos de ellos con años de servicio y en espera de que surja una plaza que, cada vez, parece estar más lejos del panorama. 

De otra parte, Keleher expresó que durante el proceso de “transformación” que comenzó en febrero se le dio oportunidad a la comunidad escolar, incluyendo a los alcaldes, de presentar propuestas. Pero hubo poca  participación.

“Lo que se pretendía hacer era devolver a la comunidad la oportunidad de desarrollar su propia propuesta, partiendo de la premisa de que tenemos aquí una crisis fiscal, tenemos pocos recursos y tenemos 10 años o más repartiendo casi $3 mil millones en un sistema donde no hay libros. Frente a eso, hay que repensar la forma en que hacemos las cosas”, dijo al  reiterar que la reestructuración se hace con el afán de mejorar el uso de los recursos económicos de la agencia.

La región de Mayagüez es la de mayor impacto con 34 escuelas consolidadas, seguida de las regiones de Ponce y Arecibo, con 29 planteles cada una. Entre los municipios más afectados, se encuentran Carolina, Isabela, Vega Baja y San Juan.

La mayoría de las escuelas se cerraron por varias razones, incluyendo que son pequeñas en estructura, tienen poca matrícula o  la planta física está deteriorada.

Con los cambios del rediseño -donde se garantizarán los servicios a la población de educación especial-quedarán abiertas 1,113 escuelas.

En el siguiente enlace puede ver la lista oficial de escuelas públicas que cerrarán: Lista de escuelas que consolidan y escuelas receptoras.pdf