Se fue desilusionado de la Isla. 

La ruta que el ingeniero estadounidense Jeff Kruse recorría a diario para llegar a su trabajo desde Moca hasta Isabela le mostraba una realidad muy distinta a la que había conocido durante sus expediciones en las cuevas de la Isla. La carretera estatal 112 le arrugaba el rostro de asombro y espanto al enfrentar sus sentidos de la vista y el olfato con el horror ambiental de un vertedero clandestino.

“Yo veía eso cada día. Lo vi tan frecuentemente que luego de casi siete años será lo que más recordaré”,  dijo a Primera Hora. 

“Nosotros disfrutamos de la naturaleza, pero demasiado a menudo veíamos pilas de basura y perros y gatos hambrientos y muertos... Y no estoy comparando a Puerto Rico con Estados Unidos. Estos problemas también están en Estados Unidos y cuando los vea también los denunciaré”, indicó.     

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Las fotos enviadas a este medio por el ciudadano Carlos Artíguez muestran a un animal muerto, bolsas de basura, muebles, colchones, un televisor, goma de carro y abanico, y otro tipo de desperdicios sólidos.


El 20 de diciembre de 2013 Artíguez hizo una querella (QDS-02-13-51-0467) en  la  Junta de Calidad Ambiental, sin embargo, no es hasta el 3 de abril que un oficial acude al lugar, explicó el también amigo de Kruse y quien le está dando seguimiento al asunto, que afecta, específicamente, los kilómetro que van desde el 8.1 hasta el 10.7. 

“Jeff empezó a quejarse sobre el problema en las redes sociales... Él se quejaba continuamente por medio de Facebook de lo que él veía a diario”, contó Artíguez.  

En una ocasión ambos visitaron el área juntos: “Era tanta y tanta basura. Es una cosa increíble; animales muertos a la orilla de la carretera...”. Luego de enfrentarse con aquella escena, Artíguez le preguntó a la dueña de una estación de gasolina  “cómo ustedes pueden vivir  cerca de tanta basura”.  La mujer bajó la cabeza “medio triste y con vergüenza” y le respondió que una de las causas de aquel desastre social y ambiental es que los vertederos cobran por llevar la basura.

Primera Hora habló con el alcalde de Moca, José E. Avilés Santiago, y este dijo que el municipio tiene tanto el servicio de basura doméstica como el de escombros, por los cuales no se le cobra al ciudadano. Sin embargo, explicó que hay personas que se dedican a recoger basura en su carácter personal y le cobran al ciudadano; cuando llegan al vertedero, tienen que  pagar porque sus gestiones son consideradas un negocio. “Hay veces que hay personas que  usan sus vehículos...,  se dedican a recoger escombros y le cobran a las personas, y luego quieren llevarlo al vertedero... Si es negocio, hay que pagarle al municipio, pero si es un ciudadano, no”, indicó.

¿Dónde la depositan si no pagan en el vertedero?

No sé... No es justo que le cobren a otros y entren gratis (al vertedero).   

¿Hay una forma de penalizar al ciudadano?

Si una persona se querella a la policía, se le aplica la ley y se le cobra multa, o (a menos que) lo coge un policía.

Eso es lo más difícil.

Eso es lo mas difícil.

La situación parecía fuera de control. 

Sin embargo, Artíguez pensó que podría poner en marcha un plan para solucionar el problema, aunque al final su visión se derrumbó.  “Visualizaba la posibilidad de recoger la basura como  para que la comunidad tomara conciencia: si ellos participan en la limpieza es más difícil que tiren basura”, pensó. 

El esfuerzo incluiría a la ciudadanía así como al municipio y organizaciones ambientalistas o sin fines de lucro, pero algo pasó.  “Un día  me llama Jeff  para decirme que pasaron máquinas en el área para tapar la basura; eso empeoró la situación;  no lograron tapar la basura, ahora está mezclada con tierra y es más difícil para recogerla”, dijo. 

¿Quién trajo los camiones? Nadie dice yo. “No se sabe quién tapó eso con tierra”, dijo Artíguez.   

El problema, ciertamente, no se solucionó: la gente sigue tirando basura sobre la basura debajo de la tierra. “Se ve la basura acumulándose encima de la tierra”, mencionó.

ADMITEN PROBLEMA AMBIENTAL

Según el oficial de inspección y cumplimiento ambiental de la Oficina de Mayagüez de la Junta de Calidad Ambiental (JCA), Carlos Mieles, el caso se está investigando y el lugar fue visitado el pasado 3 de abril y se comprobó que, efectivamente, hay varios kilómetros, desde el siete hasta el once de la carretera 112 donde se ha depositado desperdicios sólidos. “Sí hubo movimiento de desechos (la denuncia de la tierra depositada sobre la basura), pero hablé a los dos municipios y los dos me dicen que no realizaron esas labores en el área. Estamos en el proceso de investigar si fue a nivel estatal”, señaló.  


“Ya se está en proceso de hacer las coordinaciones con Moca e Isabela y estamos tratando de comunicarnos con la Oficina  regional de la Autoridad de Carreteras o el Departamento de Transportación y Obras Públicas para ver cómo limpiar el área”, añadió.  

Especifique ¿por qué le preocupa a la JCA este problema?

Además de ser desagradable a la vista establece un problema ambiental tanto al terreno como a aguas subterráneas en el área; puede contaminar ecosistemas y/o aguas subterráneas porque pueden emigrar contaminantes.

LLAMADO AL DEBER CIUDADANO

También apuntó la necesidad de crear conciencia ciudadana en ambos pueblos para que no se arrojen desperdicios sólidos a la carretera ya que en Moca e Isabela hay rellenos sanitarios. 

El esfuerzo no solo debe ser de limpieza.

Una de las cosas que se discute es ver cómo establecer mecanismos, con la ayuda del municipio y agencias estatales, una vez  esté limpia el área  para evitar que vuelva a ocurrir porque es un problema bastante frecuente. La situación es mayormente un problema de educación a la comunidad, a la ciudadanía, que las personas tomen conciencia sobre el problema ambiental que esto representa.

El próximo 8 de mayo habrá una reunión con la JCA y el municipio de Isabela, informó Avilés Santiago.     

Recientemente Jeff se fue de la Isla, sin embargo, pidió la solución del problema por “la salud de las personas que aún viven ahí, porque sería bueno si ellos no tienen que ver, beber  u oler la basura”.

Esta historia se produjo gracias a una denuncia en Ojo de la Calle.