Aguadilla. Dice que está arrepentido y que lo hizo por ignorancia.

El joven Héctor Omar Vargas, de 24 años, fue entrevistado ayer por autoridades locales y federales para que diera su versión en torno al video que fue colgado en las redes sociales, donde aparece persiguiendo en una motora acuática a una ballena jorobada acompañada de su cría.

El joven fue llevado a la Unidad Marítima del Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de Aguadilla, donde el supervisor de la unidad, sargento Armando Acevedo y el agente federal Lynn Ríos, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), lo interrogaron. Se dijo que el joven mocano “fue bastante cooperador”.

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“Es solo una entrevista para obtener información”, sostuvo el oficial federal, quien dijo no estar autorizado a hacer expresiones oficiales, pero descartó que la Fiscalía hubiera detenido a dos personas para procesarle por el delito de perseguir a un mamífero marino en peligro de extinción, como trascendió en la prensa temprano en la mañana.

Luego de más de dos horas de preguntas al joven estudiante de Justicia Criminal, Acevedo señaló que “él indica que no tenía conocimiento sobre las leyes que aplicaban por haber grabado y estar tan cerca de las ballenas”.

El sargento aclaró que alegar desconocer las leyes no le exime de cargos a nadie que las viole.

Al terminar, el joven salió con actitud de arrepentimiento e instando a otros a no hacer lo que él hizo el pasado fin de semana.

A preguntas de la prensa, el sargento abundó que “cuando se expiden la licencia del DRNA se le orienta de no acercarse a animales mamíferos”. El joven había adquirido su licencia de navegación en el 2011, según se informó.

Acevedo sostuvo que estará rindiendo informes al DRNA de lo que arroje la investigación, aunque continúa en curso, pues dijo que “hay otras personas de interés que aparecen en el video y que serán entrevistadas próximamente”.

Se dijo que se trata de otros tres jóvenes que acompañaban a Vargas ese día y donde violentaron las distancias reglamentadas por autoridades estatales y federales. La carrera de siete minutos, que creó una pared de ruido a las especies marinas, además de crear indignación a la comunidad, fue considerada como hostigamiento.

La Ley de Protección de Mamíferos Marinos penaliza el hostigamiento con $25 mil o una pena de reclusión de un año o ambas penas. Asimismo, la Ley de Especies en Peligro de Extinción -que también aplicaría en este caso- conlleva multa de $50 mil o un año de cárcel.

Mientras, la Ley de Observación de Ballenas establece que la distancia para observar las ballenas jorobadas es de 100 metros. Cuando se trata de dos embarcaciones o más, la distancia para observarlas es de 400 metros.

La secretaria del DRNA, Carmen Guerrero Perez, dijo en un comunicado que “todavía faltan tres personas por entrevistar y no podemos tomar una determinación hasta que no concluya la investigación”.