Muchas manos cooperadoras no solo lograron que Bernarda Rivera Amézquita volviera a creer en la gente, si no que le han dado esperanza a sus ancianos padres -doña Natividad de 77 años y a don Jorge de 93- de tener un hogar más cómodo y seguro en el sector Villa Marisol en Toa Baja.

“Es un movimiento de voluntades”, resumió Roberto Ocaña, presidente de Sin Fines de Lucro (SFL), organización que orquestó la ayuda, mayormente comunitaria, para terminar la estructura que desde hace 12 años solo contaba con paredes de bloques y techo de zinc.

“Inicialmente, llegó el grupo de jóvenes, que se llaman Impacto Vital, de Utuado y les traen unos artículos y compra para mi mamá. Después, llegó Mari Román de SFL, toma fotos, habla con mis papás y observa las necesidades que hay. Ahí, es que ellos hacen el llamado y surge esta iniciativa de todas estas personas que se han ido uniendo”, describió Bernarda una de 10 hijos de la pareja y quien junto a su hermano, se han hecho cargo de sus progenitores.

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Bernarda, además es madre de dos, de los cuales el menor padece del síndrome de Asperger, una forma de autismo.

“Por él, también, es que quiero terminar la casa y que tenga su espacio y poder hacer sus actividades y poder desarrollarse”, enfatizó la mujer quien hoy se siente bendecida.

Esta labor no solo le da protección a su madre, que ha sufrido dos embolias y un pequeño derrame y a su padre a quien, recientemente, se le colocó un marcapasos.

“Yo dentro de mi situación, porque tengo mis problemas de salud y mi nene con sus condiciones de autismo, pues, tengo que lidiar con todo eso”, sostuvo la mujer.

“Siempre hay personas que te ofrecen y te ofrecen y todo queda ahí. Dije que no iba a creer nada más porque entendía que solo eran palabras y no me quería ilusionar con nada, y menos, a mis padres. Pero Mari me dijo que tenía que creer y las ayudas comenzaron a llegar”, contó.

Bernarda indicó con entusiasmo que a su casa ha llegado “un montón de gente” de diferentes sectores, grupos, iglesias, líderes de comunidades, comerciantes, compueblanos e incluso el alcalde Bernardo “Betito” Márquez García, para ayudar de una manera u otra.

“Los materiales están, pero, pues, hay que seguir trabajando”, destacó Roberto Ocaña quien junto voluntarios, mayormente los fines de semana, había adelantado la construcción de una rampa para doña Natividad, realizaron arreglos relacionados a la electricidad y unas filtraciones en el techo.

Por su parte, Mari Román, miembro directivo de SFL, repasó que mediante donativos ya se les había proporcionado además aportaron una cama de posición para Natividad y ropa de cama nueva, y alacena para la cocina, entre otras cosas.

Este caso, que se hace delicado por la condición de salud de la pareja que lleva 47 años juntos se remonta a cerca de 12 años atrás.

“Nosotros recibimos esta ayuda de materiales del fenecido exalcalde Víctor Santiago. Y aunque se levantó la estructura, hubo material que nunca llegó y cuando la administración cambió, no sé qué pasó. Como se engavetan los casos, como pasa en muchos sitios”, dijo Bernarda, quien insistió con la administración del ex ejecutivo municipal Aníbal Vega Borges. “Ha sido como que cuesta arriba lograr que la administración que había, me diera lo que faltaba, ya que ellos me decían que no se podía, porque nos habían dado la ayuda máxima. Pero yo les intenté aclarar que no se trataba de todos los materiales, sino lo que siempre nos faltó para terminar la casa. Pero le dieron largas al asunto y nada”, detalló.

Para ayudar a la familia de doña Natividad y don Jorge, o a otros casos que canaliza SFL, puede acceder a su cuenta de Facebook.

Bernarda Rivera Amézquita, dijo sentirse bendecida. (SUMINISTRADA)

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