Unas 50,000 personas ya habían llegado el miércoles a las costas de Cabo Rojo para disfrutar de sus playas y de sus atractivos naturales, según estimó el alcalde Roberto “Bobby” Ramírez Kurtz. Pero la apuesta mayor del municipio y de los comerciantes es al fin de semana largo, que inicia con el Jueves Santo y culmina con el Domingo de Resurrección, cuando esperan la visita al pueblo de 200,000 turistas locales e internacionales, lo que proyectan genere un impacto económico de $3 millones.

“Ya las hospederías están llenas y esperamos que muchas más personas vengan de paseo”, indicó Ramírez Kurtz sobre los días que marcan el inicio de la temporada de verano en la industria turística del municipio.

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Dijo que entre 200 oficiales de la policía municipal, así como personal de manejo de emergencias están destacados para prestar vigilancia y atender cualquier situación de seguridad que pueda surgir.

En la Playa Combate ya se observaban desde la mañana cientos de visitantes que con sus neveritas, equipos de música y casetas se habían acomodado para tomar el sol y pasar el día.

Entre estos, la pareja integrada por el comerciante Félix González y la contadora María Cintrón, residentes de Bayamón, quienes dijeron que suelen aprovechar los días libres en el año para vacacionar en su segunda residencia en Cabo Rojo y despejarse por ratos en la playa.

“Hoy está ‘chillin’”, dijo González sobre el ambiente el miércoles en Combate. “Jueves, viernes y sábado no me vas a ver aquí”, advirtió ante lo que prevé será una multitud de gente que copará la orilla.

Por los alrededores, el vendedor de helados Elio Peña Matos, apostó a esa misma multitud para aumentar sus ingresos diarios. Con más de 30 años trabajando en la zona con su carrito, Peña Matos aseguró que la Semana Santa representa el inicio de los mejores tiempos del año para los comerciantes de Cabo Rojo.

“Creo que esta semana va a ser lo mejor. Está entrando gente… que es increíble. Mucha gente. Veo mucho movimiento de familias y de grupos”, observó. Su negocio, indicó, siempre es próspero porque a los bañistas “les da sed y se comen su heladito pa’ defenderse del calor”.

Mientras, el administrador La Casona Bar & Grill, a la orilla de Combate, Carlos Justiniano, mencionó que triplicó su inventario para atender la demanda de visitantes. Esperaba que las ventas se dispararan desde la noche del miércoles.

Coincidió por separado la administradora de Annie’s Place, Zulimy Arroyo, quien celebró que desde el lunes, el restaurante y barra se ha mantenido lleno la mayor parte del tiempo. En comparación con los años anteriores, no consideró que hubiera mayores diferencias en cuanto a la concurrencia.

“Desde mañana en adelante es que la gente baja (de otros lugares hacia acá) más. Esperamos que sea un año bien bueno y bien exitoso”, anticipó.

Para la dueña del puesto Taller Guasábara, Jannette Marrerro, que vende pulseras con caracoles, vestidos de playa y hace trenzas de macramé, los primeros días de la Semana Santa han sido “regular”.

“El año pasado estaba más ligerito. La gente bajó más temprano, desde lunes”, comparó, cuestión que atribuyó a que muchos patronos requirieron que sus empleados trabajaran hasta el miércoles, y que las escuelas y varios colegios también dieron sus clases hasta mitad de semana.