Muchos llevan más de seis horas esperando para echar gasolina, y lo que le falta para llegar a la bomba no es cáscara de coro.

Ciudadanos entrevistados por este diario confirmaron que, algunos llegaron antes de la 5:00 de la mañana a la gasolinera Total que está al lado del Cuartel General de la Policía en Hato Rey.

El agente Montilla dijo que cuando llegó a la 5:15 a.m. ya la fila llegaba al centro comercial Plaza Las Américas, poco más de dos kilómetros.

Los agentes están atendiendo las filas y “la gente está cooperando. Como que entran en razón. Es que tienen que entrar en razón, estamos todos iguales”.

En esta gasolinera las bombas 4 y 6 son para los policías, otras dos para los civiles y las otras dos para los que llevan envases.

“Estoy aquí desde las 5:30 de la mañana y ellos abrieron a las 8:30 de la mañana”, dijo David Mota, vecino de Hato Rey.

Este aún tiene gasolina pero como trabaja en la calle necesita estar con el tanque lleno.

“Esto con $20 se llena”, indicó al recomendar que aquel que no tenga necesidad urgente de comprar gasolina que mejor se quede en su casa y no hacer esa tremenda fila.

Otra que llegó a las 5:30 de la mañana, desde Puerto Nuevo, fue Zuleika.

“Estoy a ley de dos rayitas para empty. Estuvimos anoche pero como hay toque de queda pararon la venta y tuvimos que irnos y regresamos a las 5:30 am”.

A las 11:00 de la mañana aún le faltaba mucho para llegar a la bomba.

 Doriel Mota, residente en Puerto Nuevo también se dio la vuelta tempranito para poder llenar un envase para llenar el tanque de su auto.

Ayer hizo fila en una gasolinera pero a las 3:30 p.m. se acabó. Estaba esperando desde la 1:00 de la tarde.

Mientras, Gustavo Vega, de Puerto Nuevo, llegó a las 7:30 de la mañana, con candungo en mano, para comprar gasolina para la planta.

Ayer pudo buscar gasolina en otro garaje, y tras esperar más de dos horas, salió a las 11:00 de la noche.

Mientras, uno que aprovechó la larga fila para vender helados fue Manuel Gálvez, vecino de Cantera.

“El huracán me dejó con la misma ropa que tengo encima… (la venta) está media lenta pero yo hago repique así que sea para uno comprarse un pan y un cafecito y un chocolate”, dijo.

“Hay decenas de personas (esperando en fila) pero están en crisis. No hay chavos en la calle”, dijo Gálvez para ejemplificar que no ha vendido mucho.