La superintendente de la Policía, Michelle Hernández de Fraley, confirmó hoy que hay veintiún cuarteles de la Uniformada inoperantes por la falta de los servicios esenciales de energía eléctrica y agua potable.

Según detalló 64 cuarteles de la Policía están sin agua potable y 108 carecen de electricidad, de los cuales 87 están operando con generadores eléctricos.

Hernández de Fraley no tenía a la mano la lista de aquellas instalaciones que están cerradas, pero aclaró que en la mayoría de ellas permanece solo un retén ya que tiene que custodiar el cuarto de evidencia y las armas de fuego almacenadas.

Adelantó que el Precinto 166 de San Juan fue desalojado previo al paso del huracán María porque está ubicado en la zona inundable al igual que el de Patillas, cuyas operaciones fueron trasladas a la casa alcaldía mientras se ponía en condiciones. La Comandancia de Área de Carolina es una de las que espera que se les repara la planta eléctrica.

La funcionaria indicó que no tiene comunicación con el área policíaca de Fajardo, por lo que decidió enviar a unos oficiales para verificar las condiciones en las que se encuentra.

“No tenemos comunicación con ellos excepto por casualidad si entra una llamada de un celular para obtener un estatus de Fajardo, porque no tenemos un estatus completo. Después del huracán el coronel (Juan B.) Rodríguez se pudo hablar con Vieques y Culebra tres o cuatro veces, pero en estas últimas 24 horas no hemos oído de Fajardo, Vieques y Culebra”, agregó Hernández de Fraley.

Al preguntarle si la agencia llevó a cabo un censo de cuantos policías y sus familias sufrieron daños tras el paso del fenómeno atmosférico hace una semana, la Superintendente indicó que cualquier solicitud de ayuda debe ser canalizada individualmente a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).

La agencia le informó ayer que su prioridad serán los refugios donde se presume están las personas que perdieron todo.

“Así es que a los supervisores se les ha orientado, por ejemplo, aquí (Cuartel General) hubo policías que estuvieron aquí conmigo trabajando durante el huracán y por los próximos dos días y finalmente fueron a sus casas y cuando ya encontraron el desastre se les dio tiempo para sacar el agua y hacerlo un poco habitable o mudarse con un familiar”, dijo Hernández.

La Superintendente intentó que los funcionarios de FEMA acudieran al Cuartel General para que atendieran las reclamaciones de los agentes y el personal civil para agilizar el proceso, sin embargo, no lo logró.

También observóo que no les ha llegado la partida de $950,000 que es un adelanto de dinero que se tramitó a través de FEMA para el pago de horas extra a los agentes durante el paso del huracán Irma.

De otra parte, contó que el lunes, se activaron seis psicólogos al Cuartel General para dividirlos en tres equipos para trabajar con los aspectos emocionales que arrastran este tipo de evento traumático.

Se tenía programada una actividad simultánea en los cuatro salones de conferencia para llevar a cabo una dinámica de grupo para canalizar sus emociones. La misma se suspendió por la falta de energía eléctrica y la falla en el generador de electricidad.

En otras ocasiones la agencia tenía la capacidad de suplirle a las trece áreas policíaca lo necesario para enfrentar una situación de emergencia, no obstante, en esta ocasión tuvieron que cambiar el sistema y hace dos días se les instruyó a los oficiales a que tienen que afiliarse a los alcaldes de los pueblos a los que les ofrecen seguridad.

“Que no esperen a que nosotros tengamos nuestros propios camiones corriendo con suministros. La repartición de botellas de aguas no ha sido tan grave porque muchas han sido donaciones que se están dando”, puntualizó.

Sobre los dos agentes que perecieron ahogados en Aguada cuando sus vehículos fueron arrastrados por el río Culebrinas, indicó que todavía no tienen fecha para el velorio, las ceremonias de honras póstumas ni su sepelio.