Vega Alta.- El alcalde electo de Vega Alta, Oscar Santiago, reveló ayer los entuertos que se destaparon durante el proceso de transición con la administración saliente de Isabelo Molina, quien dirigió los destinos de este municipio durante cuatro décadas.

“A pesar de que se ha mencionado que el Municipio de Vega Alta está entregando un superávit cercano a los $4 millones, la realidad es que dicho superávit es menor, en vista de que los recaudos se sobreestimaron y tenemos que estar muy atentos al flujo de los ingresos del municipio, para garantizar la salud financiera del mismo, tomando en consideración la deuda cercana a los $25 millones que debemos manejar”, señaló Santiago en comunicado de prensa, sin precisar cuánto se sobreestimó. 

Santiago indicó que el balance de préstamos en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) al 2015 era de $7,619,962 y que actualmente hay un balance sin obligar de $5,793,003.41. Dijo que, a pesar de que Molina se había comprometido a no hacer nuevos proyectos ante la incertidumbre en torno al BGF, comoquiera utilizó $1.8 millones, aproximadamente, para obras que no se han completado.

De esos $1.8 millones, $951,371 están en espera de ser facturados por los contratistas y $380,602 fueron sometidos en facturas al BGF y están pendientes de pago. Agregó que el BGF le debe al municipio casi medio millón de dólares.

Además, sostuvo que Molina dejó 80 contratos de servicios profesionales, obras y subastas, con vigencia hasta el 30 de junio de 2017; que hay varias demandas contra el municipio, incluyendo una por discrimen político con reclamación de $8 millones; que se entregaron títulos de propiedad sin reglamento y que se iniciaron proyectos sin tener permisos de construcción.