“Hay un pequeño por ciento, como un 6%, que generan el 30% a 40% del monto de las multas. Son infractores recurrentes”, afirmó. 

En algunos casos, el monto de las multas llega a sumar decenas de miles de dólares. Tomando el total de multas emitido en los cuatro primeros meses de 2018, que es de 1.6 millones, y que cada infracción supone una multa de $50, se habrían facturado más de $80 millones. Es decir, que estos infractores recurrentes serían responsables por alrededor de unos $29 millones en multas. 

Gila no pudo ofrecer una cifra exacta de cuánto de todas las multas se ha cobrado o falta por cobrar, ya que las personas utilizan diversos métodos de pago y la cifra cambia constantemente. 

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La compañía Gila no establece ni maneja planes de pagos, explicó Sánchez. 

Detalló que al recibir un cliente, se le orienta sobre las multas que tiene y, si quiere pagar, pues se recibe el pago. “Si quiere otra alternativa, pues ya eso está fuera de nuestro alcance, y sería potestad del Departamento (DTOP) ver cómo se manejan esos casos”. 

En cualquier caso, las multas que no puede pagar, “se quedan abiertas”, y la persona podría ir pagando cada cierto tiempo. Las multas no acumulan intereses. 

Algo típico, no obstante, es que hay gente que llegan a pagar sus multas cuando les toca renovar el marbete, y por lo tanto están contra el reloj. “Y aquí caen en la práctica de que antes le daban un boleto, y se la jugaba a ver si aparecía o no. Pero los de AutoExpreso son electrónicos y aparecen, no es un papelito que hay que llenar a mano en otro sitio. Así que van a estar ahí. Y el peaje hay que pagarlo. Eso no prescribe”.