El último día del mes de febrero de 2015, la discusión en torno al color de un vestido, se apoderó del Internet. ¿Lo recuerdas? Es probable que hayas sido una de las millones de personas alrededor del mundo que recibió la famosa fotografía a través de las redes sociales, y que se unió al debate con el objetivo de concluir si la prenda era azul y negro o blanco y dorado. 

La imagen original había sido tomada por Cecilia Bleasdale, mientras buscaba el vestido adecuado para el matrimonio de su hija Grace, a quien se la envió para que le comentara qué le parecía.

La joven recibió la foto y la compartió con su novio, Kier Johnston, pero ambos no pudieron ponerse de acuerdo sobre cuáles era los verdaderos tonos del traje. Por esta razón, Grace publicó la foto en su Facebook para pedir más opiniones. 

Hasta ahí el debate pasó inadvertido, pero cuando Caitlin McNeill, una joven de 21 años amiga de los novios, publicó la fotografía en Tumblr, la discusión se apoderó del Internet.

Taylor Swift, Kim Kardashian, Justin Bieber y Ellen DeGeneres fueron algunas de las celebridades que participaron en el debate. Asimismo, comenzaron a aparecer una serie de explicaciones de por qué algunas personas veían el vestido de un color, en tanto que para otros tenía un tono diferente. 

Se dijo que era una ilusión óptica, y también que dependía de la cantidad de bastones y conos -células que detectan la luz- que cada persona tenía en sus ojos. Incluso hubo algunos que afirmaron que era azul-negro o blanco-dorado, según las emociones que en el momento sentía quien lo veía. 

Sin embargo, dos años después, Pascal Wallisch, neurocientífico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Nueva York, aseguró haber resuelto el misterio. Según Wallisch, la razón de que algunos vean el vestido azul-negro y otros blanco-dorado, está en el ritmo circadiano -el reloj interno- y la consecuente exposición a la luz del sol de las personas.

Así, quienes son "alondras", es decir, se despiertan y se duermen temprano, ven el vestido blanco-dorado. Por el contrario, aquellos que son "búhos", o sea, realizan la mayor parte de sus actividades con luz artificial, ven la prenda azul-negro. 

La explicación es la siguiente: cuando se desconoce cuál es la fuente de luz que ilumina un objeto -en este caso, el vestido-, el cerebro "supone" de dónde proviene esta según el estilo de vida de la persona, es decir, si es "alondra" o "búho". 

De esta manera, quienes pensaron que el vestido fue fotografiado en una sombra pero con luz natural, probablemente vieron la prenda de color blanco-dorado. En tanto, aquellos que creyeron que estaba iluminado por una luz artificial, fueron más propensos a verlo como negro y azul. 

Wallisch llegó a esta conclusión tras realizar un estudio "online" en el que participaron más de 13,000 personas. Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Vision.