Cuando Sonia Valentín adelantó en una entrevista que en  el especial En blanco y negro, que se transmitió el domingo pasado por Wapa TV, mostraría una versión más divertida  de sí misma que  la que vemos  en el programa mañanero Entre nosotras, comencé a preocuparme. 

Sabía que la intención de la productora y animadora  de utilizar la sátira para  reflexionar sobre los problemas que afectan al País era buena, que su fin era entretener, pero presentía que la teoría y la práctica no iban a coincidir.

Primero que todo, el timing para presentar un especial con  Sonia Valentín como protagonista  no pudo ser peor. Todavía quedaba el mal sabor tras el incidente en el que utilizó el término autistas para referirse a sus compañeras, así que  presentarla de pronto como la más  jocosa no encajaba.  Segundo, pero no menos importante: ¿quién le dijo  que tiene dotes de  comediante?   

Sabiendo yo eso, pero con la esperanza de equivocarme, prendí el televisor para ver En blanco y negro. Y ahí estaba la conductora, de espaldas a la cámara, vestida de seda color rosa y moviendo las caderas de la’o a la’o. Acto seguido, trató  de hacer un segmento de  stand-up con risas grabadas incluidas y un público que parecía reaccionar de forma mecánica a todos sus comentarios.

Las imágenes no me afectaron tanto como a  Susan Soltero (que soltó la lengua en las redes sociales), pero confirmé lo que me temía... Aun así me mantuve firme, controlando el impulso de cambiar el canal y unirme a los que prefirieron ver la película The Flinstones (1994) en estreno por Telemundo. Lo mejor que hice,  porque de lo contrario me habría perdido la coreografía de la parodia Remando, los consejos  superútiles de “El contable”, que por fin nos reveló que vamos a  pagar más con el aumento del IVU  y la relevante entrevista al   ex gobernador Pedro Rosselló. ¡Aaay Virgeeen Saaanta!

En resumen, el especial no tuvo nada de especial. Fue una versión dominical  de Entre nosotras en la que por fin Sonia Valentín se apoderó del micrófono y que -como  me dijo un  colega- pudo haberse llamado Entre yo.

Susan, un pasito para atrás...

Hablando de Sonia Valentín y las reacciones que provocó con su especial de televisión, hay que decir que Susan Soltero sí que botó la bola.  El domingo la meteoróloga   despotricó contra  la animadora a través de las redes sociales y,   al día siguiente,  hasta puso en duda su reputación durante una entrevista radial.  Susan parece que no le había perdonado a Sonia su comentario errado sobre el autismo -ya que su hijo padece  esa condición-, pero eso no justifica su reacción.  Fue una falta de respeto y punto. 

Claro, esa misma tarde en Dando candela, donde colabora actualmente Susan, tuvo que reconocer que sus comentarios habían estado fuera de lugar, le pidió perdón a Sonia y hasta dijo que quería conocerla personalmente. Ese gesto hay que aplaudirlo, pero el  papelón se pudo haber evitado con un poco de control. Está claro que Susan no tiene filtro y eso es  malo para su imagen -como periodista y defensora de los animales-   porque una cosa es ser genuina y espontánea, y otra cosa es estar al garete...    

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