José Juan Barea, Javier Culson, Yadier Molina, Mónica Puig y Héctor Ramos.

A menos que usted sea un erudito en el fútbol local, el último nombre no le encajará en esa oración. Pero Ramos comparte algo con esas otras luminarias del deporte puertorriqueño: es el máximo exponente en su disciplina, y suma grandes logros en el exterior.

Tal vez no gane millones de dólares ni su rostro adorne campañas publicitarias de grandes marcas. Sin embargo, Ramos es un ídolo para muchos de los niños puertorriqueños que practican el fútbol y que recientemente abarrotaron el estadio Juan Ramón Loubriel para un amistoso contra Canadá. Luego de ese encuentro, el maunabeño Ramos era el más solicitado para fotos y “selfies” en las gradas del Loubriel.

El 2015 ha sido el año de Ramos en El Salvador, donde milita con el Isidro Metapán, uno de los grandes clubes del país centroamericano. El orgullo de Maunabo finalizó el torneo de Clausura 2015 con 13 goles, total que lo convirtió en el máximo goleador del torneo. Fue una dulce manera de desquitarse tras solo anotar dos tantos en el torneo anterior, el Apertura 2014.

Como si fuera poco, Ramos apunta a un cuarto campeonato consecutivo con Isidro Metapán. El club calero ya tiene un pie en la final tras ganar el partido de ida en la semifinal, 2-0, ante FAS. 

Con apenas 25 años, Ramos aún tiene sus mejores años por delante. Ya está en su último torneo de contrato con Metapán, por lo que es un muy buen momento para dar un salto de calidad hacia una liga de mayor importancia. Sus 13 goles en el pasado torneo son su mejor carta de presentación, y ya suenan rumores de que equipos de la Major League Soccer (MLS) están interesados en el boricua.

Precisamente, la MLS sería una excelente oportunidad para Ramos, considerando que los partidos son transmitidos en Puerto Rico a través de la cadena ESPN. Sería una grandiosa exposición, ya que en la Isla, actualmente, no podemos ver los juegos de El Salvador a menos que no sea por una señal “pirateada” en Internet. 

Estoy seguro que lo mejor está por venir para Pito. Y considerando la “fiebre” de fútbol que existe entre las generaciones más jóvenes de Puerto Rico, no es de locos pensar que en los próximos años el maunabeño podría ser uno de los rostros del deporte puertorriqueño, lo ya es para muchos de nosotros.