Querido Juancho:

Aunque han pasado ya dos ilecchons desde que te dije “Bai Pai”, me he sentido tan emboyada como doña Adamaris y don Fonsi a espepitar todo lo que he callado después que la luna de miel que tuvimos se convirtió en luna de hiel.

Trú que no estuvimos matrimoniados, como los susodichos, pero nosotros somos signo de los tiempos y podemos pasar a la historia como sort of Kramer vs Kramer retroactivo de pareja de hecho en el otoño de su vida.

Por eso me pienso tirar  de pecho sacando del closet toito lo que me hiciste, que me embuché por culpa de mi abuela que me dijo que los trapos sucios se quedaban en el londri rúm, y no se sacudían públicamente.

En adichon, me ha servido de envalentonamiento el depliegue de ovarios de la nueva alcaldesa capitalina, que en su juramentación hizo papilla con el protocolo, y se soltó la trenza.

Más que mi ídola doña Sila que cuando entró a la Fortaleza se convirtió en mi roul model, porque se plantó ante la vida pública defendiendo su derecho a di persut of japines y a decirle a los cuatro vientos: “mira que linda!”.

Cómo le agradezco a Diosito que me ha puesto delante mujeres de armas tomadas que me hacen sacarme  lo que he guardado por esas malas mañas que nos metieron entre eja y eja a las de mi generación!

Que nos dijeron que modositas nos veíamos más bonitas. Y que la palabra mejor era la que no se decía. Y que al varón se le hablaba con sumisión aunque tuviera embarrá la camisa de lipstic desde el cuello hasta el último botón.

Si pudieras verme, sabrías de personal y propio conocimiento cómo se me pone la carne cuando pienso que lo único que te dije al seguir mi camino fue que me devolvieras el rosario de mi madre y te quedaras con todo lo demás.

Big mistake!

Porque te tenía que haber hecho como dijo una vez doña María Martha Serra Lima en un chouchito en Bellas Artes. Que a los hombres había que dejarlos medio peláos, medio melláos, medio calvos y medio desanimáos hormonalmente.

Además, ahora he visto lo livianitos que quedan los que hacen tiraera en público en ese teque teque de él me dijo, yo le dije, nosotros nos dijimos.

No pienso publicar un libro, ni pagar un anuncio porque para eso está el Internet que me ayuda a llegar a las masas de las que como yo han callado a los vilipendiamantos de un amol incormprendido.

Pero noble como soy, te aviso de antemano que voy a contar las veces que me obligaste a ponerme pantijous para  acompañarte al culto.

Y cuando me increpabas en los imeils diciéndome vieja calenturienta, o guanabí de figura pública.

Y cuando me castigabas a ver películas en televisión cuando me viraba patrás y te levantaba el deíto y te confrontaba con algo que habías prometido, como hizo doña Yulín con el Hermoso en la toma de posesión.

Así es que amárrate bien la correa, y asegúrate de tener las Ambien pá que duermas bien porque lo que te viene pá encima es el eslabón perdido entre doña Adamaris y doña Ivana Tromp pero en plan sato.

Quedas advertido!

Tu ex mai:

Jacinta.

PD: Pero mírame ahora. Mírame!  No es que te diga que el que está conmigo es el amol de mi vida, porque Clooney no será perfecto pero absolutli es más lindo que tú. Y vete a ver si con esta confesión cibernética que pienso hacer, intitulada El Amor en Borinquen Bella, pasaré a la historia como otra mai con ovarios que se zambulle en el moud de frankli mai diar I dont give a dam y decide cantar a capella sin otro fondillito musical que las voces de su corazón. Así me ayude Dios!