Luego de dedicar su vida profesional al magisterio, Rosa Angélica González, una adjunteña nacida en la desaparecida Central Pellejas, no se quedó descansando sino que dio riendas a sus sueños y ahora publica su primer poemario.

“Ánfora de huellas y sueños”, es un recuento de versos que describen las vivencias de esta maestra que quería ser artista, pues desde pequeña le gustaba bailar, cantar, actuar y declamar. 

Mas la huella que marcó su barrio natal, fue el elemento que ha inspirado la mayoría de sus creaciones, pues moldeó la sensibilidad de su carácter. 

“Los años que más se impactaron en mi vida fueron los primeros cinco años en la Central Pellejas, y aunque tengo recuerdos muy tristes por la depresión económica que se vivió, fue un tiempo feliz”, recordó.

“Cuando estaba en séptimo grado, la maestra de Estudios Sociales nos mandó de tarea a escribir algo sobre el flamboyán, y nos dijo que podía ser poema o una composición. Y por la noche me sumergí por debajo del mosquitero y empecé a escribir un poema y cuando le enseñé el trabajo a la maestra me preguntó que de qué revista había copiado eso”, recordó la educadora, quien estudió en las escuelas Félix Seijo, antigua Grammar y Luis Muñoz Rivera de Utuado.

“No pude ni contestar, porque mi garganta se anudó y lo único que hice fue que me fui a sentar. No pasó nada más, no dije nada, no me quejé, y desde ahí seguí escribiendo poemas”, agregó. 

La escritora se encaminó hacia su formación como maestra en la Pontificia Universidad Católica de Ponce.  Mientras ejercía su profesión, se casó con Efraín Díaz Cordero, gerente de las Navieras de Ponce con quien procreó a sus hijas Mildred  y Wanda.

Y tras décadas como maestra y coordinadora del Programa de Español de la Región Educativa de Ponce y profesora en la Universidad Interamericana y Caribbean University, se acogió a la jubilación.

Desde entonces, Rossie dedica su tiempo a escribir, crear y a compartir sus conocimientos a través de la Sociedad de Educadores Retirados (Socioeducare), entidad que la impulsó a publicar su primer libro.

El poemario cuenta con más de 150 escritos inspirados en temas del amor, religión, madre, mujer, familia, patria y la nostalgia de aquel pedazo de tierra que acurrucó sus primeros años.

“Yo sigo escribiendo, tengo una novela escrita que se llama La Pellejana, arruga en el tiempo. Se llama así porque la Central Pellejas desapareció en el tiempo, nadie la menciona como a Mercedita y Guánica, y esta novela es mi homenaje al pedacito de mi corazón”, concluyó.