Por décadas, los jugueteros de Ponce han manejado una docena de kioscos situados en la Plaza Luis Muñoz Rivera de Ponce, convirtiéndose en una de las tradiciones más preciadas del ponceñismo, donde padres, abuelos, tíos y amigos acuden a comprar artículos que ya no se venden en la mayor parte de los comercios de la región.

El comerciante José Adorno Merced considera que ya es una tradición la venta de juguetes en la plaza donde está situada la estatua del prócer barranquiteño que operó el periódico La Democracia, en la ciudad rojinegra, al punto que la mayor parte de los comerciantes han dado seguimiento a lo que establecieron sus padres con los pintorescos kioscos décadas atrás.

“Nosotros estamos desde antes de Churumba, desde mi santa madre y yo, llevamos 26 años”, comentó el comerciante que este año ha visto que las ventas no han estado a la altura de hace dos décadas, ni siquiera del año pasado, cuando se registró una baja considerable.

“La tradición es bien importante para nosotros, porque siempre vienen a buscar juguetes que no encuentran en las tiendas, pero comparado con el año pasado, donde la cosa no estuvo buena, ha sido más lenta, esta temporada ha estado más aguantada”, comentó Adorno Merced.

En su kiosco, Adorno Merced vendió los tradicionales juegos de mesa de ajedrez, parcheese, chinese checkers, tractores, juegos educativos, muñecas, carros con control remoto, motoras, tabletas electrónicas y muñecos de Spiderman, y otros superhéroes.

Por su parte, Esmeralda Quiñones Salcedo, está entusiasmada con el kiosco que maneja desde hace dos años para la época navideña.

“Aquí vienen clientes que ven los trompos y se sienten felices, es una tradición que no se debe perder, porque es algo bien ponceño”, opinó Santiago Salcedo, quien espera recuperar la inversión para el 7 de enero, ya que para los reyes espera más visitas que en Navidad, porque los reyes tienen un arraigo bien grande en la ciudad.

Mientras tanto, Ángel Ocasio, empleado con 4 años de experiencia en la venta especial de Navidad y Reyes Magos, considera que cada vez es más floja la venta, quizá por la mudanza de ponceños y vecinos de otros pueblos aledaños a Estados Unidos, o por la crisis económica, pero siempre se mueve la mercancía.

“La gente siempre viene a buscar juguetes pero la economía está lenta y los asaltos evitan que más gente visite la ciudad, ayer mismo le robaron la batería al carro de una muchacha”, expresó Ocasio.

Sin embargo, los kiosqueros siguieron haciendo su agosto en diciembre con miras a un enero de mayor cantidad de visitantes, ya que esperan que los ponceños que se fueron regresen a sus barrios a despedir el 2016 y recibir el 2017, con el calor humano de la ciudad, la fiesta de arroz con gandules, lechón asado y pasteles, y la trova que no puede faltar.